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RECETA PARA LA PAZ

Por Rachel Kidd

Desde los albores de los tiempos, las personas han librado guerras y se han deseado la paz unas a otras. En medio del banquete y el hambre, la paz y la guerra, los creyentes de la Iglesia primitiva pronunciaron bendiciones de gracia, paz y misericordia. En los años siguientes, los seguidores de Cristo continuaron esta tradición de bendiciones de paz, especialmente en los momentos más difíciles. Esta bendición gaélica es un excelente ejemplo de este énfasis en la paz que viene con Cristo.

Profunda paz para ti de la ola que corre.
Profunda paz para ti del aire que fluye.
Profunda paz para ti de la Tierra tranquila.
Profunda paz para ti de las estrellas brillantes.
Profunda paz para ti de la suave noche.
La luna y las estrellas derramen su luz sanadora sobre ti.
Profunda paz para ti de Cristo, de Cristo la luz del mundo.
Profunda paz para ti de Cristo.
— Una bendición gaélica «Dios de paz»
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
— Isaías 26:3

En el libro de Isaías del Antiguo Testamento, se nos dice que hay dos condiciones que deben cumplirse antes de que Dios pueda bendecirnos con paz. Primero, debemos mantener nuestra mente firme o resuelta en nuestra fe, y debemos confiar plena y completamente en Él.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
— Filipenses 4:6-8

En Filipenses 4, Pablo comparte sus consejos prácticos para la vida cristiana diaria: una receta para la paz. Está hablando de la paz de Dios, no de la paz mundial, sino del tipo de paz perfecta y personal que solo puede venir a través de Dios.

  Al igual que Isaías, Pablo nos prescribe doce condiciones adicionales que debemos cumplir para que Dios nos conceda su paz perfecta.

1. No te preocupes por nada

Pablo estaba encadenado en condiciones sucias y dolorosas en una prisión romana, golpeado, azotado y apedreado. Pablo había naufragado y quedado ciego, y había experimentado todos los horrores de la persecución a manos de los romanos. Sin embargo, no se preocupaba porque confiaba en la gracia de Dios.

 

2. Ora por todo

Algunas veces la oración nos librará del dolor que estamos experimentando, a veces no. Dios en ocasiones elige darnos gracia para vivir en medio de las dificultades; nos da la capacidad de soportarlas para Su gloria.

 

3. Piensa en cosas buenas

Debemos controlar nuestros pensamientos en lugar de dejar que ellos nos controlen; no solo para tener paz, sino cordura. Meditar en cosas que son injustas, dolorosas o impuras únicamente nos hace sentir desanimados y deprimidos. Incluso en las circunstancias más difíciles, pensar en cosas buenas que alaben a Dios será edificante para nuestra alma.

 

4. Haz lo correcto

Pablo alentó a los filipenses a seguir su ejemplo y a vivir de una manera correcta a los ojos de Dios. Les dice que hagan lo que saben y creen que es bueno y correcto.

 

5. No cuestiones el valor del bien que has hecho

Puede ser difícil vivir con rectitud y sufrir en la pobreza, el dolor o la enfermedad mientras observamos a personas inmorales y malvadas vivir con comodidad y riqueza. Pero Pablo nos recuerda que incluso si nuestras buenas obras no son recompensadas en la Tierra, seremos recompensados en el Cielo.

 

6. Sé agradecido

En la cárcel, golpeado y solo, Pablo tenía dos opciones. Podía lamentarse por sus desafortunadas circunstancias o podía agradecerle a Dios por lo que tenía. Estaba vivo y podía tener comunión con el Señor, por lo cual decidió agradecerle a Dios por la oportunidad de pasar tanto tiempo con Él. También tenemos esa misma opción en nuestras propias circunstancias difíciles.

 

7. Sé gentil

Cuando aceptamos incluso nuestras circunstancias más difíciles como la voluntad de Dios en lugar de luchar contra ellas, podemos estar en paz. Esta gentileza es de aceptación, entendiendo que somos parte del plan de Dios.

 

8. Sé paciente

Tenemos que aprender a esperar en el Señor, incluso cuando no entendemos Sus caminos o Su plan para nuestra vida.

 

9. Recuerda la cercanía de nuestro Señor

El Señor siempre está a nuestro lado, aun cuando otros nos abandonen. Pablo nunca estuvo solo, incluso cuando todos los que conocía lo abandonaron Dios nunca se apartó de su lado. Recordar que nuestro Dios está cerca nos trae paz cuando estamos solos o asustados.

 

10. Encuentra alegría en conocer a Cristo y acercarte más a Él

Nuestra relación con Dios debería traernos gozo a medida que aprendemos sobre Él y paz en lugar de confiar en la alegría poco fiable de lo terrenal.

 

11. Valora la aprobación de Dios, muy por encima de la de los demás

La aprobación del hombre es condicional y fugaz, pero andar en los caminos del Señor significa paz.

 

12. Haz descansar tu corazón y tu mente en Cristo, sabiendo que Él puede hacer lo que tú no

No es lo que soy, es lo que Él es. No es lo que puedo hacer, es lo que Él puede hacer.

 

Dios quiere que encuentres paz verdadera y duradera en Él. Mientras que la mente occidental generalmente opera en categorías de «lo uno u lo otro», la mente oriental opera con la comprensión de las categorías «ambos» y «también». Si bien Dios es un Dios de justa ira y juicio, también es un Dios de paz. Que su paz descanse sobre ti sabiendo que Él batalla contra el maligno por ti.

 

Utiliza esta lista del Gran Médico como una bendición y medicina para tu alma en medio de la batalla.


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Michelle Cruz