NOTAS DE LA CLASE: LA LLAMADA AL COMPROMISO
Algunas de las enseñanzas más sorprendentes de Jesús surgen de las historias o parábolas que Él cuenta. Cuando Jesús cuenta estas parábolas, logra dos cosas: Primero, ilustra conceptos difíciles, relacionándolos con cosas que todos conocen.
Sus historias involucran a personas comunes como granjeros, trabajadores del campo, etc. Pero, al mismo tiempo, las parábolas ocultan verdades más profundas a quienes no prestan mucha atención. La primera parábola que leeremos hoy se conoce como “la parábola de los obreros de la viña”, que se encuentra en Mateo 20:1-6.
Al leer el texto, ¿cuál es la lección que Jesús está enseñando en esta parábola? Él define su mensaje en el versículo 16 cuando dice: “Así los postreros serán primeros, y los primeros postreros”. En otras palabras, el reino de Dios no funciona como esperamos. Algunos de nosotros podemos reaccionar a esta historia ya que tendemos a estar de acuerdo con las quejas de los trabajadores. Esto no parece justo. Queremos que los primeros sean los primeros y los últimos, los últimos. Pensamos que es un pecado grave cuando alguien se adelanta en una fila, o cuando alguien en un restaurante recibe su comida primero, incluso cuando hemos esperado mucho tiempo. Pero Jesús dice: piensas de esta manera porque tienes un problema con la codicia y la envidia.
Esta no es la única lección que se puede aprender en esta parábola inesperada de Jesús. Cuando Él dice “los últimos serán los primeros”, nos está dando un gran principio de Su reino.
Jesús cambia completamente nuestras expectativas. Él hace exactamente lo contrario de lo que crees que haría. Esta es la historia del Domingo de Ramos, cuando Jesús entra triunfalmente a Jerusalén en un burro. Jesús es el Mesías, Aquel que fue prometido desde hace mucho tiempo, que derrocará a los opresores y establecerá Su reino eterno. Al menos, eso es lo que todos en el primer siglo esperaban. Pero Jesús no llega como un Rey terrenal conquistador. Él no desfila por la ciudad y presenta formalmente Sus credenciales a los gobernantes de Roma. No le importa nada el poder político del mundo. En cambio, hace algo inesperado. Va a Jerusalén, la capital espiritual del mundo y presenta sus credenciales a los líderes religiosos.
Aquí se ve que, en lugar de confrontar a los opresores romanos, Jesús confronta directamente a los líderes religiosos judíos. Se está asegurando de que todos entiendan el punto: Él no viene al mundo para establecer un reino político. Ha venido a establecer un reino espiritual.
Este es su motivo: amar, salvar y servir. Jesús entra triunfante como Aquel que vence a las fuerzas espirituales de las tinieblas, pero también como Aquel que devuelve la vida a los que están espiritualmente muertos. ¡Aquí es donde vemos el triunfo!
Jesús les está diciendo a los líderes religiosos de su época que han recibido los mandamientos de Dios, estudian las palabras de Dios, pero no obedecen a Dios. Él está diciendo que incluso las personas más pecadoras entrarán al cielo si se arrepienten, mientras que las personas más religiosas no entrarán a menos que verdaderamente obedezcan a Dios.
Entonces, mientras escuchas esta parábola, hazte esta pregunta: ¿te has arrepentido y has confiado en Jesús? Si es así, entonces Jesús dice que no importa lo que hayas hecho en el pasado. No importa si fuiste salvo al principio de tu vida o si lo fuiste en tu lecho de muerte.
Todavía puedes entrar en Su reino si te arrepientes y confías en Él, como el ladrón en la cruz. Pero no entrarás en Su reino si eres como los líderes religiosos que se ven bien por fuera, pero por dentro no obedecen los mandamientos de Dios.
Para concluir, tómate un momento para pensar en Jesús y su ministerio. Cuando estudies Su vida y sus enseñanzas, deja que Sus palabras formen la imagen de quién es Él y de lo que significa seguirle.
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