Hay una objeción común a la existencia de Dios que se ha vuelto popular en Internet y en las redes sociales. Es más o menos así: un Dios perfecto, todopoderoso y autosuficiente no necesitaría crear adoradores y exigir que la gente lo adore. El tipo de Dios que hace esto es un ególatra, y en realidad no es digno de adoración en absoluto. Esto puede parecer un argumento poderoso cuando lo escucha por primera vez, pero en el blog de hoy tomamos un momento para analizar la pregunta: ¿Es Dios un ególatra?
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