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PROFUNDIZAMOS: LA HISTORIA DE ABRAHAM

Por Andrew Sargent, Ph. D., colaborador de Fundamentos de ICM

El Pacto Abrahámico es un Pacto

Los juramentos eran maldiciones autoimpuestas que se pronunciaban ante Dios o los dioses para establecer la confiabilidad de las promesas o de los testimonios. Los juramentos eran herramientas religiosas para asegurar la buena fe entre enemigos potenciales para que pudieran tener cierta seguridad en la relación o en la interacción. Piensa en nuestro juramento común en el patio de la escuela: «Te lo juro por mi madre, y si no lo cumplo que me parta un rayo».

Todos lo hemos escuchado. Cuando alguien es llamado al estrado para dar testimonio en un tribunal de justicia, se le pide que levante su mano derecha y preste juramento. «¿Jura que la evidencia que está a punto de presentar será la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?». Por lo general, responden: «Lo juro».

Lo cual plantea la pregunta sobre el valor de «testificar bajo juramento» cuando aquellos que dan testimonio no creen en Dios, ya que los paganos no temen las consecuencias de mentir más allá del castigo que los hombres podrían darles si son sorprendidos mintiendo.

¿Qué es un pacto?

Ahora bien, los Pactos son marcos literarios más elaborados en torno a la realización de un juramento. De hecho, The Anchor Bible Dictionary [Diccionario bíblico el Ancla] define pacto como: «Un acuerdo promulgado entre dos partes en el que una o ambas hacen promesas bajo juramento de realizar o abstenerse de realizar ciertas acciones estipuladas de antemano».1

En el Antiguo Medio Oriente, había (1) diferentes tipos de pactos, (2) diferentes tipos de relaciones entre aquellos que los hacían, (3) diferentes categorías de promesas que los pactos podían contener e, incluso, (4) diferentes estilos de establecerlos. Por lo tanto, aunque hay cientos de pactos en las Escrituras, es probable que el creyente promedio no pueda mencionar más de dos o tres.

La forma de un pacto

La forma estándar de un pacto, aparte de un juramento básico, se llama Trato Soberano Protector-Vasallo. Un acuerdo hecho entre un señor emperador y un gobernante, nación o persona menor. Piensa en un acuerdo entre uno mayor y uno menor.

Básicamente, hay siete aspectos involucrados que pueden o no incluirse dependiendo de la situación. El pacto mosaico es un Trato Soberano Protector-Vasallo entre el mayor Yahvé y el menor Israel, así que usémoslo como un ejemplo continuo.

1.    La parte que emite el trato tiene un preámbulo o introducción. Ver Éxodo 20:2a: «Yo soy Jehová tu Dios...».

2.    Hay un prólogo histórico donde se escribe la historia mutua de los involucrados. Es una gran declaración de «Me debes». Ve Éxodo 20:2b «...que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre».

3.    Había estipulaciones que se enumeraban. Ve Éxodo 1:3-17, donde se enumeran los diez mandamientos. Se expanden en el Libro del Pacto en Éxodo 20:22-23:33 y se expanden de nuevo a través de Números y Deuteronomio.

4.    Disposiciones para el depósito del texto. Las copias del tratado generalmente se guardaban en lugares sagrados como los santuarios de los dioses o diosas invocados como testigos. Puedes ver cómo Yahvé da dos tablas de los diez mandamientos en Éxodo 32 (una para cada parte) que Moisés rompe por el incidente del becerro de oro. Yahvé da dos más en Éxodo 34. Ambas tablas fueron colocadas, según Moisés en Deuteronomio 10:5, dentro del arca del testimonio delante del Señor.

5.    También se organizaban lecturas públicas periódicas del pacto como un recordatorio para ambas partes de los detalles del trato. Deuteronomio 31:9-13 y 24-26 detallan esta lectura como si ocurriera cada siete años. De hecho, encontramos esta lectura en Josué 8 y otra renovación en Josué 24.

6.    Se hacía una lista de testigos divinos. Se esperaba que estos testigos ejecutaran venganza sobre un individuo si no mantenía su parte del trato. La versión del Éxodo no tiene otros testigos dados, como señala Hebreos 6:13: «Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo». La versión de Deuteronomio, sin embargo, llama a testigos. Yahvé llama a la naturaleza misma a testificar contra los israelitas si resultaban infieles.

7.    Se evocaban bendiciones y maldiciones. Si el pacto no se cumplía, estos dioses debían destruir al individuo y todo lo que le pertenecía. Si el individuo guardaba el trato, estos dioses debían bendecir y proteger. A menudo, las maldiciones se suponían en la forma en que se promulgaba el pacto. A veces eran dolorosamente delineadas como las encontramos en Deuteronomio 28.

Tipos de pactos

Estos pactos generalmente tenían alguna forma de ceremonia de ratificación, la cual a menudo estaba directamente relacionada con aspectos de las maldiciones. Estos actos con frecuencia simbolizaban la ingestión de las maldiciones, como en Éxodo 24, donde tenemos la comida comunitaria en el monte santo antes de una revelación de Yahvé. Otras veces actuaban la violencia de las maldiciones, como veremos en el Pacto Abrahámico cuando Yahvé pase entre los animales partidos en dos. A veces se hacían pronunciamientos públicos para aceptar las consecuencias del pacto, como el clamor del pueblo en Josué 24:24: «A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos».

Los pactos también se podían hacer entre iguales. Estos son generalmente pactos de paz, como un armisticio, como el que vemos entre Labán y Jacob en Génesis 31, o incluso pactos de vínculo filial como el que vemos cuando Jonathán le da a David su túnica y su armadura en 1 Samuel 18.

Los actos de ratificación del pacto, es decir, las profesiones o los actos asociados con representar un pacto a menudo se convertían en atajos para promulgar pactos comúnmente conocidos donde todas las partes entendían las estipulaciones, las maldiciones y las bendiciones sin tener que declararlas públicamente o escribirlas.

De modo que los pactos de paz y protección se hacían de manera automática al comer de la mesa de otra persona... sin importar la forma que tomara esa mesa. Vemos esto en todas las Escrituras, pero más explícitamente en Josué 9 cuando Israel hizo un pacto de paz y protección con los gabaonitas por medio de probar sus repugnantes raciones. Esta es la razón por la que Saúl se rehusa a comer de la mesa de la bruja de Endor, en 1 Samuel 28, y la causa de su insistencia por parte de ella en que él lo hiciera... dada la inclinación de él por matar brujas.

A veces puedes encontrar a alguien que emplea lenguaje filial como padre, hermano, etc. Vemos esto en 1 Reyes 20:32 cuando el rey de Israel declara de Ben-hadad, con quien había estado peleando: «Si él vive aún, mi hermano es».

A veces, gestos simples promulgaban lazos de pacto, como tomar de las manos, asirse del borde de la indumentaria de alguien o, como se señaló anteriormente, mediante obsequiar prendas.

Una forma especial de pacto es el de concesión, en el cual un soberano protector le otorga una bendición a un subordinado que lo ha complacido de alguna manera especial. Hay tres ejemplos poderosos de esto en las Escrituras: el Pacto Abrahámico en Génesis 15, que es un otorgamiento de tierras; el Pacto de Finees en Números 25, que es un otorgamiento sacerdotal; y el Pacto Davídico en 2 Samuel 7, que es un otorgamiento dinástico. Este es un entendimiento importante cuando se trata de interpretarlos en las Escrituras y cuando se trata de comprender su impacto en la teología bíblica en su conjunto.

Busca la continuación de esta discusión en la segunda parte de este blog.


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1 The Anchor Bible Dictionary [Diccionario bíblico el Ancla], 1ª ed., s.v. «Covenant» [pacto] (New York: Doubleday, 1992).

2 Tenemos otro problema en esta falta de consciencia, que no puedo cubrir en su totalidad aquí. Eso es tratar a los pactos como una idea y no como una forma literaria o social. Aquí el creyente confunde las promesas con los pactos y encuentra un pacto cada vez que se elabora algún acuerdo. Al no comprender la naturaleza de los pactos, no ven los que están justo delante de sus ojos ni intuyen su presencia a plena vista.