NOTAS DE LA CLASE: PRIMERO CRISTO
En la Iglesia de hoy, tenemos a muchas personas que prefieren una abnegación estricta y cumplir las reglas en lugar de la gracia, el gozo, la obediencia y la gratitud. También tenemos a otros que están muy preocupados por enaltecer su propio estatus demostrando cuán espirituales son.
Pablo nos enseña mucho a través de sus oraciones, las cuales se enfocan en la salud espiritual de los creyentes. Esta oración en particular se da en esta carta porque estos creyentes están en peligro. Necesitan sabiduría espiritual para conocer la voluntad de Dios, vivir una vida que produzca frutos buenos y santos, y obtener la fuerza espiritual que conduce a la estabilidad, la paciencia y el gozo. La nueva vida que han encontrado en Cristo está destinada a ser una vida de gozo, no una de abnegación estricta y miseria.
Pablo sabe que una comprensión verdadera y completa de quién es Jesús será la forma más efectiva de ayudar a estos creyentes a permanecer fieles a pesar de las falsas enseñanzas que los rodean. Por esa razón, Pablo escribe un poema que confronta estas herejías, describiendo bellamente las obras de Cristo desde antes de la creación hasta la cruz.
Primero, Jesús, quien es plenamente Dios y completamente humano, se hace visible para nosotros, un Dios previamente invisible, al venir a la tierra. Pablo dice que cuando vemos a Jesús, estamos viendo al mismo Dios que creó todo en el universo, tanto lo material como lo espiritual. ¿Tienes preguntas acerca de Dios? Aprende acerca de Jesús, porque Él es Dios y Él revela el carácter y el propósito de Dios. Puede ser difícil de comprender, pero el Dios de la creación que mira todo lo que fue hecho y dice "es muy bueno", es el mismo Dios que se nos revela en Jesús. Él hizo el mundo y lo llenó de cosas buenas que estaban destinadas a ser disfrutadas; enalteció las cualidades amorosas y relacionales de la humanidad.
En segundo lugar, Jesús es el primogénito verdadero y reinante de todos los hijos de Adán, Abraham y David, puesto para gobernar sobre la hermosa creación de Dios. De hecho, Jesús es la cabeza; Él es la fuente de este mundo, aquel por quien y para quien todo está hecho. No debe sorprendernos, entonces, que cuando Adán y Eva, y a su vez toda la humanidad, cayeron en desgracia y envenenaron al mundo con el pecado, este mismo Jesús vino a redimirlo. Como se declara en un bello himno: "El mundo es de mi Dios. Su eterna posesión. Eleva a Dios su dulce voz, la entera creación."
Tercero, Jesús es la cabeza no solo de este mundo, sino de una nueva humanidad, una raza redimida de hombres y mujeres que pertenecen a Su verdadera Iglesia. Cristo ya no está físicamente en la tierra, pero somos su cuerpo cuando participamos en la manera en que Dios está haciendo nuevas todas las cosas. Él es el primero y ha ido delante de nosotros para mostrar el camino para que los creyentes resucitados habiten ante la gloria plena de Dios. Es Jesús quien venció a nuestro mayor enemigo: la muerte misma.
Pablo nos muestra que Cristo es más que suficiente, y cuando realmente lo conocemos, podemos aprender a detectar las falsas enseñanzas a un kilómetro de distancia. Si conocemos a Jesús, nos hemos encontrado con la verdadera e innegable bondad.
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