Pablo nos da uno de los pasajes más significativos en todos sus escritos abarcando 3 temas cruciales: Primero, ¿qué es el Evangelio? Segundo, ¿cuál es la misión de la iglesia? Tercero, ¿qué es el ministerio?

La explicación de Pablo del Evangelio tiene una herencia rica y profundidad teológica, pero es muy simple en el centro. Él revela esto en 2 Corintios 5:14-17, diciendo: “que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.

Jesús vino como Dios encarnado y se convirtió en patriarca de una nueva familia espiritual. Aquellos que están en Cristo son libres de su sentencia de muerte por el sacrificio del patriarca. Él murió para que ellos no tengan que hacerlo, y Él resucitó para que ellos puedan vivir como parte de Su familia.

Todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconcilación.

En 2 Corintios, Pablo ve a cada creyente como un ministro del Evangelio, y ve a quienes están en liderazgo como aquellos que equipan a otros para ese trabajo. El ministerio es el llamado de todo discípulo, es su razón de ser.

Nunca veremos al mundo evangelizado hasta que todo el pueblo de Dios, y no solo los líderes, asuman personalmente el encargo de Cristo. 2 Corintios nos detalla lo que es el ministerio, quiénes son los ministros y cómo es que Dios quiere que esos ministros estén equipados. En nuestra relación con Cristo, Pablo enfatiza 3 elementos de relación.

Primero, hemos sido reconciliados con nuestro Creador a través de Cristo. Él es el proveedor de lo que más necesitamos: la Salvación del pecado y de la muerte. Él es acepto delante del Padre y somos tomados como parte de Su comunidad.

En segundo lugar, Pablo dice que aquellos que están en Cristo son nuevas criaturas. La Salvación involucra regeneración, transformación; el inicio de un proceso de ser hecho a la imagen de Jesús. Nuevo comienzo, nueva vida, nueva visión; todo es diferente. Estar en Cristo significa ser parte de lo que es Cristo y de lo que hace. Cristo nos hace parte de sus planes.

En tercer lugar, Pablo dice que somos embajadores de Cristo. Si has sido perdonado, ya no debes vivir para ti, sino para aquél que te perdonó. Entonces, como Pablo sigue a Jesucristo, él dice, “aquí está mi motivación. Todo lo que hago, lo hago para Jesucristo“.

Dios quiere que el mundo sepa que esta pequeña vasija de barro es diferente. Esta lleva consigo un tesoro transformador que ayuda al ministro a responder con gracia sobrenatural a la presión que viene sobre él.

Mientras estudias esta obra maestra sobre el ministerio, te darás cuenta de que Pablo nunca habla de metodología. Él no habla sobre estrategia. No; de acuerdo con Pablo, el ministerio es un asunto de ser como Cristo.

Pablo está diciendo: “Soy una pequeña vasija de barro. Pero Cristo en mi es un hermoso tesoro. Ambos se revelan al mundo a través de cómo responde un ministro al sufrimiento. Dios tiene un propósito en el sufrimiento. La Escritura predica una teología de sufrimiento. Los falsos evangelios, y los falsos ministerios prometen solo cosas buenas y positivas. Es posible que aún no hayas sufrido lo que necesitas sufrir para convertirte en el ministro que Dios quiere que seas o para hacer la obra que Dios quiere que hagas.

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