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UN AMOR PIADOSO

Por Joshua Barrera, M. Div.; colaborador invitado para Fundamentos de ICM

Con el Día de San Valentín a la vuelta de la esquina, podríamos ser una de las miles de personas que se están apresurando para encontrar el obsequio perfecto para nuestra alma gemela. A medida que se acerca el día festivo, pocos de nosotros nos detenemos a pensar en lo que nuestra cultura enseña acerca del amor y del romance en esta época del año. Pero solo una mirada fugaz a nuestra megatienda local de venta al por menor lo dice todo: cientos de variedades de chocolates, flores a granel y tarjetas o notas amorosas únicas. Nuestra cultura nos dice a diario (pero con más fuerza durante el Día de San Valentín) que el amor se demuestra por medio de regalarnos «cosas» el uno al otro.

Jesucristo nos ofrece una perspectiva diferente del amor. De hecho, nos presenta un tipo de amor completamente distinto. En Juan 13, a medida que Jesús se prepara para su misión en la cruz, les deja a los discípulos una última y crucial lección acerca del amor.

El amor piadoso se demuestra mediante servicio deliberado

Una demostración de amor

Hay dos aspectos importantes del amor piadoso que necesitamos entender: la intención y la acción.

Amor deliberado

El amor es servicio deliberado porque implica una elección intencional. Recuerdo cuando comencé a salir con la mujer que más tarde se convertiría en mi esposa. Esas mariposas en el estómago, el vuelco en el corazón y el deseo persistente de hacerla feliz fueron guiados por sentimientos naturales y orgánicos de amor. Respondí a esos sentimientos de amor por medio de elegir amar de una manera intencional y voluntaria. No necesitaba que me dijeran que le trajera flores o que pasara tiempo con ella. Yo escogí hacer esas cosas por mi cuenta porque quería hacerlo.

De manera similar (de una manera más completa), la Biblia describe la Trinidad como tres Personas en una relación constante, perfecta y armoniosa entre ellas. No existe una mayor demostración de unidad ni una mayor demostración de amor que la que vemos en la Deidad. El Padre ama al Hijo, quien ama al Espíritu, quien ama al Padre, y así y así. Cuando Jesús descendió a la Tierra y tomó la semejanza de un hombre, lo hizo con el propósito de darle la bienvenida a la humanidad a esa relación trinitaria. Dios nos ama a partir de su propia voluntad con una pasión mucho más profunda que cualquier cosa que hayamos experimentado.

Amor servicial

El amor es servicio deliberado porque las acciones revelan, retratan y prueban el amor.

En la cultura actual, lanzamos la palabra «amor» de manera casual y la usamos como si fuera similar a la palabra «gustar». Por ejemplo, quizá digamos «amo la pizza» o «amo el rock and roll». El amor en esos casos significa algo completamente distinto de cuando le decimos «te amo» a nuestro cónyuge. Usar el término «amor» con tanta amplitud, de hecho, abarata su significado y nos lleva a usar la palabra con descuido. ¿Te creería tu pareja cuando le dices «te amo» si después de decirlo le faltas al respeto y le haces daño? ¡Por supuesto que no! El amor debe ser respaldado con acciones específicas. Gracias a Dios, Jesús revela en este pasaje exactamente las acciones que realiza el amor.

Amor humilde

A menudo, no captamos todo el significado de que Jesús les haya lavado los pies a sus discípulos. En esa época, la gente viajaba largas distancias en sandalias en caminos de tierra o arena. Sus pies estaban hechos un asco. El tipo de amor que Jesús les muestra aquí es extraordinario... mucho más significativo que lo que podría ser una caja de chocolates. El Señor y Creador de todas las cosas, el Hijo de Dios, se humilló y tomó el rol de un siervo.

Primero, el amor significa humillarnos. Jesús no solo les sirvió una copa de vino a los discípulos que amaba tanto. Hizo la tarea más sucia y baja en servicio a ellos. No pensó ni por un momento que ser Dios debería evitar que Él hiciera el trabajo de un sirviente. No. Él los amó. Lo suficiente como para ir más allá de su estatus y hacer el trabajo de alguien muy por debajo de Él.

¿Te puedes identificar con esto? ¿Buscamos de manera intencional las tareas más difíciles y humillantes para mostrarle amor a nuestro cónyuge? ¿No solo estamos dispuestos a cuidar de nuestros hijos, sino que buscamos con gozo encargarnos de las laboriosas tareas que eso conlleva? ¿Ves humillarte como una manera de amar a los demás?

Amor sacrificial

Segundo, el amor requiere sacrificio. Significa, tomar las necesidades de otros y ponerlas delante de las propias. Jesús, de nuevo pone el ejemplo, de manera más prominente, en Su muerte en la cruz. De tal manera amó Dios al mundo que Jesús fue voluntariamente a su muerte para salvarnos.

Mientras nosotros luchamos con deseos egoístas, Jesús ya había hecho el sacrificio final por nosotros.

Los cristianos somos llamados a tener este mismo tipo de amor piadoso por toda la gente.

Amor piadoso

Si Jesús lava los pies de los discípulos por amor, entonces estamos llamados a seguir sus pasos:

Para los cristianos, el amor apasionado por Jesús debería ser constante y persistente. Deberíamos estar, como dice Michael Reeves, «deleitándonos en la Trinidad». Se nos instruye a amar a los demás de la misma manera en que Cristo ama a la Iglesia, tanto humilde como sacrificialmente. ¿Cómo te imaginas que sería esto en tus relaciones con tu familia, tus amigos o tus compañeros de trabajo? Mientras nuestra cultura se prepara para celebrar lo que ellos entienden del amor, los cristianos deberíamos esforzarnos por mostrar el amor servicial deliberado. Cuando lo hagamos:


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