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NOTAS DE LA CLASE: RECTITUD DE ADENTRO HACIA AFUERA.

Veamos cómo Jesús usa un extraño y milagroso encuentro encuentro entre Él y Pedro enseñar una lección sobre la naturaleza de la fe. 

Jesús lo llama y Pedro entra al agua. Sorprendentemente, ¡Pedro camina sobre el agua! Bueno, hasta que quita los ojos de Jesús y pone su enfoque en la tormenta que lo rodea.

Luego se hunde entre las olas.

La mayoría de nosotros, que estamos familiarizados con esta historia, criticamos a Pedro; él duda y se hunde. Pedro sabe que siempre es seguro seguir a Jesús, incluso cuando camina sobre el mar tempestuoso. En esta historia, Jesús nos enseña dos grandes lecciones a través de Pedro. Si bien Pedro comienza como nuestro ejemplo a seguir, rápidamente nos da una advertencia de lo que debemos evitar.

Pedro se pone nervioso cuando quita los ojos de Jesús y se enfoca en la tormenta. Esta es otra lección que aprendemos de esta historia: cuando caminas en fe, solo toma un momento de distracción para que comiences a hundirte

Estos tiempos nos ponen cara a cara con nuestras propias limitaciones. Estos tiempos provocan una desesperada dependencia de Dios en nuestros corazones. A veces no captamos el mensaje y no aprendemos nada. Pero cuando prestamos atención a lo que Dios está haciendo, salimos permanentemente transformados por su liberación divina.

Al estudiar los Evangelios, notarás que Pedro es un personaje complejo. Como acabamos de ver, muestra una fe tremenda al mismo tiempo que muestra una gran insensatez o duda. Él tiene la fe para caminar sobre el agua justo a lado de Jesús, pero casi inmediatamente se hunde bajo las olas. Esto hace que Pedro sea tanto un gran ejemplo, como una gran advertencia para nosotros.

Para terminar, recuerda que todos tenemos el potencial de ser como Pedro, tanto en lo bueno como en lo malo. Tenemos el potencial de ser personas ordinarias a través de las cuales el Espíritu Santo hace cosas extraordinarias. Tenemos el potencial de seguir a Jesús tan de cerca que caminamos sobre el agua.

Al mismo tiempo, también tenemos el potencial de detener la obra de Dios en la tierra. Fácilmente podemos apartar nuestros ojos de Él y comenzar a hundirnos en las aguas tormentosas. Todo depende de si elegimos reaccionar con nuestra propia sabiduría, o si nos mantenemos enfocados en Jesús y lo seguimos.

Estudia la lección completa en el enlace: