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¿REALMENTE RESUCITÓ JESÚS DE ENTRE LOS MUERTOS? CINCO HECHOS SOBRE LA RESURRECCIÓN

Por Kevin Richard Ph. D., Gerente Editorial de Fundamentos de ICM

La resurrección como historia

La Biblia es un texto histórico, pero al mismo tiempo, la Biblia es historia teológica. Revela al Dios trino del cristianismo y el plan de redención para toda la creación, pero lo hace en el espacio y el tiempo, en los anales de la historia. La resurrección de Jesús de Nazaret es esencial para el cristianismo, y aunque este pilar de la fe es espiritual y teológicamente significativo, también fue un evento histórico. Esto es importante porque, en la historia, los eventos que rodean la vida de Jesús son, como ha sugerido el erudito del Nuevo Testamento Mike Licona: un «objeto de estudio».1 Ese es el propósito de este blog, mirar la resurrección de Jesús desde un punto de vista histórico y responder tres preguntas:

1.     ¿Cómo estudiamos la resurrección desde una perspectiva histórica? A través del enfoque de los Hechos Mínimos

2.    ¿Cuál es la evidencia histórica de que Jesús resucitó de entre los muertos? Los cinco Hechos Mínimos

3.    ¿Qué significa todo esto? El significado religioso

El enfoque de los Hechos Mínimos

El filósofo y apologista cristiano Gary Habermas desarrolló lo que él llama el enfoque de los «Hechos Mínimos» para la resurrección de Jesús. El enfoque de los Hechos Mínimos (MF), como afirma Habermas, «considera solo aquellos datos que están tan fuertemente atestiguados históricamente que son aceptados como ciertos por casi todos los académicos que estudian el tema, incluso los más escépticos».2 Habermas señala que hay alrededor de doce hechos que podrían considerarse, pero normalmente reduce el ámbito a cinco. Él elige estos cinco porque casi todos los eruditos están de acuerdo en ellos, y a partir de ellos se puede argumentar a favor de la resurrección de Jesús.3 Los cinco Hechos Mínimos son:

1.     Jesús murió por crucifixión.

2.    Los discípulos de Jesús creían que había resucitado y que se les había aparecido.

3.    El perseguidor de la Iglesia, Pablo, cambió repentinamente.

4.   El escéptico Santiago, hermano de Jesús, cambió repentinamente.

5.    La tumba estaba vacía.

Expliquemos brevemente cada uno de estos Hechos Mínimos y luego discutamos por qué colectivamente nos dan buenas razones para creer que Jesús resucitó de entre los muertos.

 Los cinco Hechos Mínimos

En esta sección, veremos los cinco Hechos Mínimos en cuestión y ofreceremos una pequeña explicación para cada uno de ellos.

1. Jesús murió por crucifixión.

Esto puede parecer obvio, pero para obtener una resurrección primero necesitamos que alguien muera. Que Jesús haya muerto por crucifixión es uno de los Hechos Mínimos atestiguados más fuertes. Sería difícil encontrar a alguien en los círculos académicos que afirme que Jesús no murió por crucifixión. Los romanos eran infamemente crueles en esta forma de castigo capital y eran en extremo eficientes en el proceso. Además, la Biblia dice que para asegurarse de que Jesús había muerto, le abrieron el costado con una lanza (Juan 19:34). No parece probable que Jesús haya sufrido una paliza y un «intento» de ejecución tan cruel y despiadado, y que haya sobrevivido.

2. Los discípulos de Jesús creían que había resucitado y que se les había aparecido.

Observe la redacción aquí. Este Hecho Mínimo no necesariamente afirma que un Jesús resucitado realmente se les haya aparecido físicamente a los discípulos; más bien, afirma que los discípulos creían que el Jesús resucitado se les había aparecido. Esta creencia fue un evento que cambió su vida y provocó una transformación radical en ellos. Hay varias sugerencias en cuanto a lo que los discípulos realmente vieron. Algunos dicen que los discípulos estaban alucinando o que vieron lo que el Dr. Habermas ha acuñado como al «Jesús jedi».4 Pero ambas afirmaciones niegan lo que afirma el Nuevo Testamento: que Jesús resucitó corporalmente de entre los muertos. Los discípulos proclamaron a un Señor resucitado que comió con ellos (Lucas 24:41-43) y que podía ser tocado; consideremos la historia de Tomás quien fue capaz de tocar las cicatrices de los clavos de Jesús (Juan 20:24-29).

3. El perseguidor de la Iglesia, Pablo, cambió repentinamente.

Este Hecho Mínimo es interesante porque tenemos a una persona con mucho celo por el judaísmo que de repente tuvo un cambio de comportamiento después de un encuentro que él afirmó fue con el Jesús resucitado (1 Corintios 15:8). Nadie puede dudar de que después de su experiencia en el camino a Damasco, Pablo se convirtió en un ardiente embajador de este nuevo movimiento llamado cristianismo. Algo sucedió en ese camino. Pablo creía que el Jesús resucitado se le había aparecido y que lo había llamado para llevar las buenas nuevas de Jesús a los gentiles. Pablo fue golpeado, naufragó, fue encarcelado y, finalmente, fue condenado a muerte por proclamar a Jesús. Este encuentro con Jesús cambió su vida y, por ello, el evangelio llegó a los gentiles.

4. El escéptico Santiago, hermano de Jesús, cambió repentinamente.

El Santiago (Jacobo) en cuestión aquí era uno de los cuatro hermanos de Jesús (Marcos 6:3; Mateo 13:55). Por esos pasajes en los evangelios, sabemos que los medios hermanos de Jesús no creían en Él. Incluso se burlaron de Jesús durante su ministerio. También sabemos que este mismo Santiago (Jacobo) se convirtió en uno de los líderes religiosos de la Iglesia en Jerusalén (Hechos 15:13-21; Gálatas 1:18-19).5 Así pues, ¿qué causó este cambio de corazón? Nos enteramos por Pablo que después de la muerte de Jesús se le apareció a su hermano Santiago (Jacobo). A partir de este encuentro, aunque el evento no se describe explícitamente en las Escrituras, podemos inferir que Santiago creía que se había encontrado con su medio hermano resucitado, ¡la persona que ahora creía que era el Señor resucitado! Después de haberse encontrado con el Jesús resucitado, Santiago pasó de ser un escéptico a uno de los principales líderes de la Iglesia en la misma ciudad donde Jesús fue crucificado.

5. La tumba estaba vacía

Los Evangelios atestiguan que la tumba de Jesús estaba vacía y que la piedra fue removida. Esta afirmación de una tumba vacía habría sido fácil de refutar si el cuerpo todavía hubiera estado allí. La gente habría sabido dónde fue enterrado Jesús, ya que su cuerpo fue entregado a José de Arimatea, y él y Nicodemo ayudaron a asegurar el cuerpo de Jesús en la tumba personal de José (Juan 19:39-40). También hay evidencia que sugiere que la tumba estaba vacía en la respuesta de los líderes religiosos al testimonio de los soldados que estuvieron de guardia. En lugar de decirles que presentaran el cuerpo para contrarrestar las afirmaciones de los discípulos, en cambio les pidieron que difundieran la historia de que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús (Mateo 28:11-15). Esto implica que los líderes religiosos sabían que la tumba estaba vacía y tuvieron que inventar una historia para cubrir la verdad.

Una explicación unificadora

Se dijo anteriormente que los Hechos Mínimos fueron elegidos porque la mayoría de los eruditos están de acuerdo con estos hechos. Cabe señalar que esto no es lo mismo que decir que «la mayoría de los eruditos creen que Jesús realmente resucitó de entre los muertos». Todavía hay escepticismo por parte de algunos a pesar del acuerdo en los hechos históricos. Sin embargo, los hechos aún necesitan una explicación, algo que los una a todos. Algo sucedió después de la muerte de Jesús. Los escépticos han tratado de encontrar teorías alternativas para explicar estos hechos, pero ninguno de ellos hace un trabajo suficiente para explicar estos Hechos Mínimos. La mejor explicación de lo que sucedió es que Jesús resucitó corporalmente de la tumba, habló y comió con los discípulos, se les apareció a Santiago y a Pablo, y le encargó a la Iglesia que fuera e hiciera discípulos (Mateo 28:19-20).

El significado religioso

Por último, debemos considerar la pregunta: «¿Qué significa todo esto?». Los hechos históricos no son «hechos brutos», lo cual significa que no llevan consigo su propia interpretación. Hay un paso adicional que tenemos que dar para pasar de «la resurrección de Jesús de entre los muertos» a «el cristianismo es verdadero y la resurrección es uno de los principios centrales de la fe». El evento de la resurrección requiere interpretación, es a la vez un evento histórico y religioso. Por interpretación, es a la vez un evento histórico y religioso. Por eso dijimos que la resurrección de Jesús es historia teológica.

El significado teológico de la resurrección es vasto, pero aquí cerraremos con este punto específico. La resurrección muestra que el cristianismo es verdadero porque afirma todo lo que Jesús dijo e hizo antes de su muerte. Jesús afirmó ser Dios, afirmó haber sido enviado en una misión por el Padre, realizó milagros, perdonó pecados, marcó el comienzo del Reino de Dios e incluso predijo que sería asesinado y resucitaría. ¿Por qué creemos esto? Porque tres días después de que Jesús fue crucificado, el Padre lo levantó de entre los muertos. ¡Tenemos buenas razones históricas y probatorias para creer que es verdad!


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1.      Mike Licona, The Resurrection of Jesus: A New Historiographical Approach [La resurrección de Jesús: Un nuevo acercamiento historiográfico], (Downers Grove,Ill.: IVP Academic, 2010), 30.

2.     Gary Habermas and Michael Licona, The Case for the Resurrection of Jesus [Los argumentos que prueban la resurrección de Jesús], (Kindle Edition: Kregel Publications, 2004), Loc. 330 of 4050.

3.     Ibid., Loc. 380 de 4050.

4.     Esta es una referencia a la Guerra de las Galaxias y escenas donde los jedi se le aparecen a Luke Skywalker después de haber muerto. El primer ejemplo sería en El retorno del jedi cuando Obi-Wan Kenobi aparece y habla con Luke Skywalker mientras entrena en Dagobah. El segundo es en la celebración en Endor también en El retorno del jedi, donde Anakin Skywalker, Obi-wan Kenobi y el Maestro Yoda se le aparecen a Luke Skywalker. En ambas escenas los jedi muertos aparecen en esta forma «fantasmal». Están allí y presentes para Luke, pero sin cuerpo.

5.     Santiago fue uno de los principales portavoces del Concilio de Jerusalén (Hechos 15).