Blog - Tu Instituto Bíblico

¿QUÉ ES EL PERDÓN?

Por Rachel Kidd

Todos queremos ser perdonados por nuestros errores. Cuando chocamos con alguien en el supermercado u olvidamos una fecha importante, generalmente queremos que nos perdonen lo más rápido posible. Para pequeños errores, como pisarle un dedo del pie a alguien, por lo general, un rápido «lo siento» es respondido inmediatamente con un «no te preocupes», y todo queda perdonado. Los errores más graves, como un accidente automovilístico, suelen tardar más en resolverse y en restablecer la relación entre el infractor y el ofendido. Debido a que somos humanos, a menudo luchamos con nuestra ira, dolor y orgullo para perdonar y ser perdonados por los demás.

El perdón es la decisión intencional de dejar a un lado nuestro resentimiento y enojo haciaotra persona por una acción que nos hirió. Nos permite permanecer en una relación continua y restaurada con esa persona sin que el dolor la erosione. Cuando se permite que el resentimiento se acumule, corroe el tejido de la relación y finalmente la destruye.

El perdón es esencial tanto para las relaciones interpersonales como para nuestra relacióncon Dios. Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, estamos intrínsecamente separados de la estrecha relación con Dios el Padre para la que fuimos diseñados. Dios no puede tolerar el pecado, no importa cuánto nos ame. Por eso Jesús murió para restaurar esa relación, perdonando todos nuestros pecados que hirieron a Dios.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda malda
— 1 Juan 1:9

La Biblia nos dice que si confesamos nuestros pecados y creemos en el Señor, Él nos perdonará.

Versículos sobre el perdón

Se nos mostró una gracia y un perdón increíbles a través de Jesucristo, y las Escrituras nos recuerdan repetidamente que fuimos creados con el propósito de extender esta gracia a los demás.

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
— Efesios 4:32
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
— Colosenses 3:13
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial
— Mateo 6:12-14

Esta sección del Padre Nuestro, donde Jesús les enseñó a sus discípulos a orar, le pide específicamente a Dios que nos perdone como nosotros hemos perdonado a otros. Es un recordatorio para ser constantes tanto al pedir como al extender perdón a los demás. También indica la importancia del perdón: fue incluido en el modelo que Jesús nos dio para orar. De manera intencional, nos puso el ejemplo y habló sobre el perdón, enfatizando lo crucial que es para caminar fielmente con Dios.

¿Cómo sería perdonar como Jesús nos perdonó?

Parábola de los dos deudores

Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.

Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.

Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus con siervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.

Entonces su con siervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus con siervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.

Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu con siervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.

Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
— Mateo 18:21-35

Jesús le dice a Pedro que debemos perdonar a las personas «setenta veces siete», extendiendo una cantidad de gracia más que generosa. Luego explica este concepto en forma de parábola a través de la relación entre un amo y su siervo, quien le debía una gran cantidad de dinero. El sirviente está claramente hundido en la deuda, incapaz de siquiera comprender la cantidad de la deuda con su amo. Rogó piedad y paciencia. Su amosintió misericordia por el hombre, y elije perdonarle por completo su deuda.

Pero el hombre luego sale y se encuentra con otro siervo que le debía algo de dinero. Está enojado y le exige el pago, incluso cuando el otro siervo le dice que no puede pagar. Entonces lo hace arrestar y no muestra misericordia. Al enterarse de sus acciones, el amo reprende al siervo y le dice que debido a que le mostró misericordia, él debería haber hecho lo mismo con su consiervo. Como castigo, el amo lo envía a prisión, destinado a ser torturado hasta que su deuda fuera pagada en su totalidad.

Jesús nos da un vistazo aquí de nuestro destino sin perdón. Él dice que si nos negamos a perdonar a los demás, estamos destinados a ser juzgados por la eternidad. Debido a que fuimos perdonados con tanta gracia y Jesús pagó nuestras deudas, ¿no deberíamos extender ese mismo perdón a nuestros amigos y familiares e incluso a extraños?

Jesús es el máximo ejemplo de perdón, el que murió para que todos mis pecados pudieranser perdonados y mi relación con Dios el Padre fuera completamente restaurada. Sé que peco todos los días, y estoy lejos de ser perfecta, pero todavía anhelo ese perdón para poder estar en una relación con Dios. ¿Cómo puedo entonces voltear con una amiga y negarme a perdonarla por lastimarme? ¿Cuánto más me ha perdonado Dios? Jesús nos recuerda que nuestras deudas han sido perdonadas, deudas que ni siquiera podríamos comenzar a pagar siquiera. Nos insta a extender ese mismo perdón a los demás, dándoles el regalo que tan generosamente se nos ha dado.


Te invitamos a conocer más acerca de la Biblia por medio de estudiarla con nuestros materiales gratuitos de estudio bíblico.

Michelle Cruz