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MATEO REPORTA: PELEA DE REYES

Por Andrew Sargent, Ph. D., colaborador de Fundamentos de ICM

Soy el apóstol Mateo «el Recaudador», y estamos en vivo y en directo a un costado del ring, trayéndoles la cobertura golpe a golpe del evento principal de esta noche. Hoy tenemos una gran pelea para ustedes, amigos... una verdadera lucha de poder entre David y Goliat que los promotores han llamado la «Pelea de Reyes».

Los contendientes

Presentamos primero al campeón actual, defensor de su título y peso pesado de Israel, al rey Herodes el Grande; constructor de ciudades, fortalezas y, sí, incluso de nuestro amado templo en Jerusalén. Es un enemigo peligroso, un poderoso guerrero, un operador político de clase mundial. Herodes se levanta en todo lo alto como el pseudojudío usurpador helenizador... un gobernante tirano por excelencia.

En su esquina con él, no solo tenemos a todo el cuerpo de ciudadanos destacados, sacerdotes y escribas, sino el pleno respaldo del propio Imperio romano... ¡Dejen de abuchear, amigos, los soldados podrían oírlos! Herodes no es como Moisés... ciertamente no es como David... pero tiene la intención de aferrarse al poder sin importar lo que haga falta.

En la otra esquina, el retador… ¿podrían confirmar si esto es correcto? ¿Un bebé? Su nombre es Jesús, y hoy estará luchando desde la pequeña ciudad de Belén. Pero no dejen que su edad los engañe, tiene todo el pedigrí para respaldar su desafío. David, su antepasado, también luchó desde Belén. Se rumorea que Jesús es el Hijo nacido de una virgen, y el Emanuel prometido, el Dios-Rey que viene a tomar el trono de David que fue abandonado hace mucho tiempo. ¿Podría este bebé ser su verdadero heredero? Lo averiguaremos esta noche.

En la esquina del bebé tenemos… bueno, parece que solo a sus padres; están más que un poco nerviosos. Hace unos momentos le pregunté a su madre: «María, ¿sabías que tu bebé algún día gobernará las naciones?». Ella reflexionó y dijo: «Los ángeles cantaron cuando el bebé nació». También tenemos a José el Soñador, un hijo justo de David por derecho propio, quien carga al niño recién nacido.

Los réferis

Y ahora, aquí vienen los magos que suben al cuadrilátero y se colocan entre estos dos aspirantes a campeones... ¡los magos del oriente! Cuando se trata de reconocer el poder y la autoridad, estos son los sacerdotes que dan el veredicto final. Estos astrólogos dotados han visto una brillante estrella maravillosa con la hermosura de la realeza anunciando el nacimiento del rey de los judíos, y han venido a adorarlo. Su llegada para arbitrar este combate no debería ser una sorpresa.

Y ¿deberíamos asombrarnos de que sean los gentiles los que hayan visto esta estrella y de que hayan viajado lejos? ¿No fue el gentil Balaam quien habló por primera vez de esta estrella en Números 24:17? «Lo veré, mas no ahora; / Lo miraré, mas no de cerca; / Saldrá ESTRELLA de Jacob, / Y se levantará cetro de Israel». ¡Palabras poderosas, amigos! ¡Palabras poderosas!

Primer asalto

Los magos fueron hacia Herodes. Se abrieron paso al centro del poder... ¿fue un hijo de Herodes el que nació bajo esta estrella? ¡No lo creo! El rey Herodes está preocupado por las noticias de la estrella que dirigió a los magos del oriente. Hay un gran revuelo en toda su esquina por su inquietud.

Esto me recuerda 2 Samuel 4:1. Cuando el hijo de Saúl, quien se estaba aferrando a su condenado trono, perdió todo su coraje en la lucha, la Escritura dice: «Y fue atemorizado todo Israel». ¡Bueno, parece un déjà vu, amigos! ¡Aquí vamos de nuevo! Herodes se ve tembloroso, y a su esquina eso no le gusta.

Segundo asalto

Herodes sale listo para pelear, pero los magos están buscando a otro... uno nacido para el papel. Pero ¿qué es esto? Herodes está poniendo buena cara. ¡Este hombre que mató a sus propios hijos cuando se sintió amenazado, les promete ayuda a los magos! Los escribas traen las noticias de las profecías sagradas. Han recurrido a Miqueas 5:2: «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel».

¡Ay! Eso tuvo que doler, y los magos lo saben. Herodes no es un rey-pastor. No, para nada. En toda la rica tradición de los líderes-pastores como Moisés y David, las promesas son claras. Ezequiel 34 lo dice con todas sus letras. Dios es un Buen Pastor, y Él y Su Mesías harán guerra contra los falsos pastores de Israel por todo lo que le han hecho al rebaño de Dios. Herodes está contra las cuerdas y parece asustado.

Tercer asalto

Suena la campana y Herodes sale como un hombre nuevo. Se está portando amigable con los magos. ¡Qué estratagema! Los está abrazando. Dice que está emocionado por las noticias. Dice que también quiere adorar a este rey recién nacido. Todo lo que tienen que hacer es decirle exactamente dónde encontrar al pequeño Señor Jesús cuando lo localicen. ¡No le crean, magos! ¡Es un truco!

Cuarto asalto

Y ahora los magos están en camino, siguiendo esa estrella hacia el oeste directamente a lo largo del ring a través del campo y la fuente, el páramo y la montaña, directamente a donde está acostado el bebé. Y ¿qué es esto? ¡No puedo creer lo que estoy viendo! Las grandes promesas de la Escritura están bailando como luciérnagas. ¡Los magos que dejaron Jerusalén por Belén, y a Herodes por Jesús, también han dejado el cascarón vacío del templo de Herodes para adorar a los pies de este bebé! Le han entregado las ofrendas del templo: oro, incienso y mirra... ¡Sí! Los regalos que se hicieron famosos en 1 Reyes 10 y en 1 y 2 Crónicas 9... regalos de renombre de relatos antiguos como la visita de Seleuco al templo de Apolo en Didima.

¡Y ahí lo tenemos, el golpe del nocaut! Con esos regalos, los magos han dado el veredicto: ¡el joven Jesús es nuestro Rey prometido! ¡Qué pelea! ¡Sin duda es una pelea para los libros de historia!

Esto es tal como Salomón dijo que sería en Salmos 72:9-15: «Ante él se postrarán los moradores del desierto [...] / Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; / Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. / Todos los reyes se postrarán delante de él [...] / Vivirá, y se le dará del oro de Sabá».

Isaías también lo dijo en el capítulo 60, versículos 1-6: «Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti [...] Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento [...] traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová».

Y el ganador es...

¡Todo ha terminado, amigos! ¡Herodes nunca tuvo oportunidad! ¡Oh, ven, oh, ven, Emanuel! Rescata al cautivo Israel de los falsos pastores. ¡Que las almas cansadas se regocijen! ¡Canten huestes celestiales! Todos ellos han descendido para la cuenta final. Vengan todos los fieles con gozo triunfantes, aclamen al Príncipe de Paz nacido del Cielo. Aclamen al Sol de Justicia. ¡Ven, sí, ven a Belén!


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