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LOS MEJORES LIBROS DE LA BIBLIA

Por Rachel Kidd

La importancia de estudiar

Pablo le dice a Timoteo que debe estudiar las Escrituras, esforzarse en la búsqueda del conocimiento bíblico para que esté preparado cuando se encuentre con el Padre celestial.


Al igual que cualquier otra base de conocimiento, las Escrituras deben estudiarse y procurarse. No es solo un bálsamo curativo, es sabiduría que debe aprenderse y tomarse en serio. Este estudio del Nuevo Testamento es un excelente lugar para comenzar, un curso estructurado que puede ayudarte a meterte en la Palabra de Dios.


Como nos dice Pablo, la fe viene por oír la Palabra de Dios. Durante su tiempo, la mayoría en el Imperio romano no podía leer, y las copias de la Torá eran pocas y sagradas. La mayoría de la gente más bien escuchaba la Escritura leída en voz alta.

Hoy, con la capacidad de leer y escribir, podríamos entender esto como que la fe viene por leer y entender la Palabra de Dios. Tenemos el privilegio de acceder a la Biblia de muchas formas diferentes, desde en un ejemplar físico hasta de manera digital en una aplicación. ¡Aprovéchalo y da el paso para meterte al Nuevo Testamento con nosotros!

¿Qué hay en una palabra?

Los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, se conocen como los «Evangelios».

La palabra evangelio en español se deriva del latin evangelium y esta del griego euangelion, que significan ‘buenas noticias’ o ‘buenas palabras’.

Los primeros tres libros: Mateo, Marcos y Lucas, han sido llamados los Evangelios sinópticos desde finales del siglo XVIII, debido a que su estructura y tratamiento narrativo de la vida y el ministerio de Jesús son increíblemente similares.

Si bien estos cuatro Evangelios nos hablan de las obras de Jesús y detallan sus enseñanzas, son mucho más que un texto biográfico porque también comparten las buenas nuevas de la redención que Jesús trajo al mundo.

Los Evangelios nos muestran que toda la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos, se trata de Jesucristo. Por lo tanto, son los libros más importantes de la Biblia: la clave para entender todas las Escrituras. Como veremos, Jesús declaró que Él está en el centro del plan de Dios de principio a fin. Todo en las Escrituras apunta a Él y a Su plan para redimir y salvar a la humanidad perdida.

La revelación más grande

Este versículo en el primer capítulo de Juan explica la gran revelación de Jesús, quien a través de Él mismo dio a conocer a Dios el Padre.

En el griego original, Juan usó la palabra exegesis, que significa ‘hacerse una serie de preguntas profundas y críticas sobre un texto para determinar el significado’. Es el acto de extraer del versículo lo que hay en él, en lugar de insertar un significado que no está en el texto.

En este caso, Jesús realizó una exégesis sobre Dios, lo cual significa que extrajo todo el significado de Dios. Esto significa que Jesucristo es la mayor revelación de la verdad, o bien, de Dios, que el mundo haya recibido.

Todo lo que Jesús era, todo lo que Jesús dijo y todo lo que Jesús hizo nos revela a Dios. Y debido a que los Evangelios versan sobre Jesús, podemos determinar que estos libros están en el centro o en el corazón de las Escrituras.

El Verbo se hizo carne

Dios tenía una palabra, la verdad, que quería comunicarle al hombre. Sin embargo, por ser Dios tuvo dificultades para comunicarse con los humanos. Al igual que los humanos que intentan hablar con los animales y viceversa: el mensaje se pierde.

Por lo cual, Dios hizo un gran sacrificio a causa de su amor por la humanidad. Envió a Jesús a humillarse y hacerse hombre. Para que esos pensamientos fueran traducidos en la Tierra de modo que fueran comprendidos por los humanos, Dios también tenía que hacerse humano.

Jesús es la encarnación del Verbo, el conductor de la traducción que se hizo hombre para que la humanidad pudiera entender la Palabra de Dios. Todo lo que Él era, dijo e hizo en la Tierra nos reveló a Dios.

Apunta a Jesús

Los líderes religiosos de la época no creían en la afirmación de Jesús de que Él era Dios, por lo que pidieron pruebas, evidencia, de que Él era quien decía ser.

En Juan, capítulo 5, Jesús presenta una defensa, demostrando que Él es de hecho el Hijo de Dios. Hace referencia a Sus milagros y explica que el gran profeta Juan el Bautista preparó el camino para Él.

Luego dice que el reverenciado Moisés escribió sobre Él, profetizando la venida de Jesucristo generaciones antes. De hecho, Jesús cita las Escrituras en su conjunto como un testimonio de Él, todas se refieren a Él.

Cuando entendemos esto, podemos apreciar que Jesús es el corazón y el hilo que conecta las Escrituras.


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