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LAS BUENAS OBRAS NO SALVAN

En los primeros capítulos de Romanos podemos ver que Pablo comienza ordenando su teología presentando a Dios como un Dios que es justo; lo que Dios demanda de nosotros es que seamos justos; Dios condena nuestra injusticia; Dios sabe que nunca podríamos cumplir con Su estándar de justicia por nuestra cuenta.

Este es el dilema que vino a resolver Jesús. Dios nos ama y quiere una relación. Nos rebelamos y estamos separados de la santidad divina debido a nuestro pecado. No podemos relacionarnos con Dios sin cumplir con las normas justas que se nos imponen. No podemos cumplir con estos estándares de ninguna manera por nuestra cuenta.

Ninguna cantidad de buenas obras de un pecador puede compensar el pecado. Solo Dios puede arreglar esto, y lo hace a través de Jesucristo.

Pensando en forma matemática podemos decir no se trata de:

Buenas Obras = Salvación

Fe + Buenas Obras = Salvación

Sino de:

Fe Verdadera = Salvación + Buenas Obras

En Romanos 4, Pablo nos hace recordar a Abraham para aterrizar estas ideas. Abraham es el padre espiritual de todos los que verdaderamente creen.

Pablo dice: “Dios le dijo a este anciano, Abraham, algo increíble y el anciano le creyó. Dios dijo: ‘Mira a ese anciano. Le dije algo increíble y él me cree. Me gusta eso. Voy a declararlo justo’ “. Y resume los primeros cuatro capítulos de la carta de Pablo a los Romanos en el 5:1, diciendo: Por tanto, siendo justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Dios quiere que te arrepientas de tu rebelión contra Él y que creas en Su provisión para ti. Es solo por esta fe que eres salvo. La fe toma la justificación que Dios ha establecido en Jesús y la aplica a tu vida.

Las buenas obras no te justifican. Más bien, las buenas obras prueban que tu fe en Dios y Su provisión son reales.


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