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LAS BIOGRAFÍAS DE JESÚS

Por Rachel Kidd

Como licenciada en Estudios Estadounidenses, leí bastantes biografías de grandes personajes en la universidad. Me inspiraron las personas que fueron pioneras, que dejaron profundos legados de valentía, creatividad, pasión y liderazgo. Sin embargo, cada biografía es diferente y ha sido escrita desde una perspectiva tan distinta como la persona que la escribió, incluso cuando el tema sea el mismo. 

Al investigar a una persona, cualquier buen profesor te dirá que leas múltiples biografías de diferentes autores, tal vez incluso escritas en diferentes puntos de la historia para tener una perspectiva más completa. Todos tenemos prejuicios y nuestra propia voz aparece en nuestros escritos, y los autores de los Evangelios no fueron la excepción. Para comprender mejor a alguien y el trabajo de su vida, es mejor tener una imagen completa desde múltiples perspectivas. Y esto es lo que proporcionan los Evangelios, desde la perspectiva de cuatro de los discípulos de Jesús, cada uno con sus propios puntos de vista y recuerdos del Salvador. 

Pero a diferencia de una biografía que podríamos leer sobre Abraham Lincoln, los Evangelios no están tan preocupados por los primeros años de vida de Jesús. Se centran en los últimos tres años de su vida y en las buenas nuevas de que Jesús vino y murió por nuestros pecados. Y esta es la magnífica obsesión, la raíz de los Evangelios: las buenas nuevas de Jesús. 

¿Qué son los Evangelios?

Durante la era del gran filósofo cristiano primitivo Justino Mártir, alrededor del año 155 d. C., a los cuatro libros se les llamaba los Evangelios, en plural y no en singular. Eran como son hoy, los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento, que consisten en Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Fueron editados y compilados de acuerdo con sus diferentes necesidades y énfasis teológicos, pero dedicados a las palabras y al ministerio de Jesús. 

Los Evangelios son un género distinto que los separa de otros libros de la Biblia. Son relatos biográficos de la vida y el ministerio de Jesucristo, escritos por aquellos que no solo fueron testigos oculares, sino también por aquellos que estuvieron más cerca de Él durante Su tiempo en la Tierra. 

Encontramos todas las enseñanzas y palabras de Jesús en los cuatro Evangelios, cada libro con sus diferencias y perspectivas dependiendo de su autor. Hay 89 capítulos en los cuatro libros de los Evangelios, con 85 de estos capítulos dedicados a los últimos tres años de la vida de Jesús. Solo unos pocos se centran en Su nacimiento o en los primeros treinta años de Su vida. ¿Por qué? Porque el énfasis está en las buenas nuevas, el hecho de que Jesús vino a proporcionar el perdón de nuestro pecado y a reconciliarnos con Dios con Su muerte y Su resurrección. 

Buenas noticias

La palabra evangelio, en inglés gospel, se deriva de la palabra anglosajona temprana godspell o ‘buena historia’. Traducido del griego original, godspell fue primero la palabra euangelion, que significa ‘buenas nuevas’ o ‘buenas noticias’. 

Utilizado en toda la Biblia desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento, gospel o euangelion puede variar en significado según el contexto. Dentro de la cultura romana que rodeaba la glorificación de los emperadores, euangelion adquirió un tono reverente y de adoración. Usada a menudo en el contexto de anunciar la llegada del emperador o la sucesión al trono, la palabra llegó a asociarse con la religión. En el mundo del Nuevo Testamento, el término a menudo aparecía en los anuncios de una batalla victoriosa o en relación con un emperador romano. 

 La siguiente inscripción es un ejemplo de tal uso, describiendo al emperador romano César Augusto como un salvador, anunciando su nacimiento como el comienzo de «¡buenas noticias [euangelia] para el mundo!», alrededor del año 9 a. C. Incluso su nombre hace referencia a su divinidad dentro de la cultura romana, que significa «reverenciado» y a menudo se le llamaba «hijo de Dios». 

Con el tiempo se convirtió en un término para las buenas nuevas sobre Jesucristo, utilizado a lo largo de los Evangelios. Marcos alude al contexto cultural romano en el capítulo 1, versículo 1, abriendo el libro con: «Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios».

Versículos sobre el evangelio o buenas nuevas

En el Antiguo Testamento, las «buenas nuevas» a veces se referían a la liberación de Dios de su pueblo de las manos de sus enemigos, fueran humanos o espirituales. 

Pablo a menudo usaba «buenas nuevas» o euangelion en sus cartas a la iglesia para describir la proclamación verbal de la fe. 

La palabra es importante y nos demuestra hoy cómo los primeros cristianos veían los Evangelios. Al vincular explícitamente el nacimiento y la vida de Jesucristo con la reverencia que sus pares les dedicaban a los emperadores romanos como César Augusto, los autores de los Evangelios enumeran el significado del texto. Nos están diciendo que las buenas nuevas de Jesús son más grandes que cualquier otra historia jamás contada, una que merece la mayor reverencia y que merece ser proclamada desde las azoteas. En los Evangelios todo el tiempo están enfocados, obsesionados incluso, con estas buenas noticias, declarando que Jesús es el Salvador del mundo. 


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