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NOTAS DE LA CLASE: LÁGRIMAS DEL PROFETA

Jeremías es conocido como “el profeta llorón” porque es muy evidente que su corazón está roto. Después de clamar al Señor durante gran parte de los 52 capítulos de su libro, Jeremías escribe otro libro llamado Lamentaciones, que simplemente significa "Llorando". Jeremías 4:19 dice: “¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las paredes de mi corazón. Se conmociona mi corazón dentro de mí.”Así que nos preguntamos, ¿por qué este profeta pasa tanto tiempo llorando? Bueno, porque llora por el horror de lo que sabe que viene sobre su pueblo.

Comencemos mirando el contexto de este libro en términos de historia. Jeremías comienza su ministerio en el año 13 del rey Josías. Ahora, Josías es un buen rey, pero el pueblo de Dios es apóstata, lo que significa que han abandonado total y completamente a Dios. La angustia de Jeremías viene de saber que el pueblo está lejos de Dios. También ha tenido visiones de lo que les sucederá como resultado de su pecado. Sus predicciones resultan ciertas; Jerusalén cae y el pueblo de Judá es asesinado o llevado cautivo por los babilonios.

El mensaje de Jeremías consta de dos partes. La primera parte de su mensaje se refiere a la conquista y el cautiverio. La segunda parte es un mensaje de esperanza y restauración. Jeremías predica la esperanza con mucho énfasis y cree en ella tanto que, en Jeremías 38, anima al pueblo de Judá a rendirse para que venga la restauración.

Jeremías ama predicar sermones como este donde usa algo común para mostrar algo profundo. Encontramos otro de estos sermones en el capítulo 19. Un día, Dios le dice a Jeremías que lleve un jarrón grande y hermoso a una de las puertas de la ciudad. Cuando llama la atención de la gente, incluidos los ancianos, los escribas y los sacerdotes, toma este jarrón y lo rompe bruscamente contra el suelo. Hay un fuerte estruendo que causa una fuerte impresión en todos los que miran.

Luego, en Jeremías 19:3-4 hace su uso profético:

Este pasaje dice que hay dos momentos en los que nos encontramos con problemas: primero, nos metemos en problemas cuando nos desviamos del camino de Dios. Jeremías dice que el pueblo de Judá se desvía porque han olvidado o abandonado a Dios. Y segundo, nos metemos en problemas cuando regresamos a nuestro propio camino. Judá realizó sacrificios y ofreció adoración en formas que Dios nunca pidió. Se alejan de Dios porque hacen lo que quieren hacer en lugar de lo que Dios les ha dicho que hagan.

A veces Dios nos hace vivir con las consecuencias de nuestro desvío y usa esas consecuencias para enseñarnos. Así es como aprendemos y crecemos. A veces, sin embargo, nos alejamos demasiado y las cicatrices se vuelven permanentes. Dios todavía quiere usarnos en esas circunstancias, pero primero debemos convertirnos en algo nuevo. Debemos atravesar una tormenta, tal vez muchas tormentas, pero eventualmente, si nos sometemos a Él, saldremos como vasijas nuevas.

Este es un gran consuelo de Dios para su pueblo. Jeremías les dice, al comienzo de su cautiverio, “Dios tiene planes para ustedes. Y esos planes no son para hacerte daño.”Al igual que un Padre amoroso, Dios los está disciplinando por su propio bien. Si bien las personas pueden sentirse abandonadas por Dios debido a sus circunstancias, Dios quiere que sepan que Él todavía está trabajan a su favor. Como resultado, deben recibir la disciplina de Dios con perseverancia y dignidad.

Este pasaje es un consejo práctico para los israelitas exiliados, pero también tiene una aplicación devocional para nosotros hoy. A veces experimentamos una especie de cautiverio o exilio porque tomamos malas decisiones. En estos tiempos, a menudo atravesamos un período difícil de la vida. Aunque estemos sufriendo, Dios nos consuela y alivia nuestro conflicto. En estos tiempos, el profeta nos dice que llevemos el resultado de nuestro pecado con dignidad y perseveremos hasta que Dios nos restaure a su perfecta voluntad. Lo que a veces no vemos es que Dios en realidad nos está corrigiendo para nuestro beneficio, no por ira. Si luchamos contra la enseñanza de Dios, solo encontraremos más sufrimiento. La pregunta es: ¿Cómo responderás cuando Dios,amorosamente trate de enseñarte una lección?


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