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NOTAS DE LA CLASE: LA TAREA DEL MINISTRO

¿Has descubierto al Dios que siempre está en medio de las situaciones difíciles que vives? ¿Has descubierto que Dios mismo puede animar tu alma sin importar las circunstancias? A Dios le encanta mostrarse a ti. En el comienzo de 2 de Corintios, Pablo nos está diciendo que un ministro que consuela es “un corazón herido diciéndole a otro corazón herido que ella/él puede encontrar la fuente de todo consuelo en Dios “.

Esto nos lleva al primer punto que podemos aprender acerca del sufrimiento. Dios permite que su gente sufra para que así, cuando sufran, puedan reconocer su necesidad de Dios. En Dios, encontramos la necesidad más profunda de nuestra alma satisfecha y nuestros corazones consolados sin importar la situación. Esto ayuda a moldear a todos los creyentes a ser ministros útiles para los heridos. No debemos perder la conexión. Dios a veces permite que experimentemos sufrimiento para que después de haber sido consolados por Él, estemos equipados como ministros del sufrimiento. Nuestras vidas se cruzarán con las de aquellos que están experimentando la misma clase de dolor que nosotros vivimos.

Cuando ocurre esto, ¿qué es lo que nos califica para ser ministros de consuelo? ¿Es porque somos eruditos? ¿Es porque tenemos un título en la iglesia? ¿O porque hemos experimentado dolor? Cuando somos lastimados, somos conducidos a Dios y experimentamos el consuelo que solo se encuentra en Él. Estamos equipados para llevar a otros hacia el Dios que consuela porque ya conocemos el camino.

En el capítulo 5, mientras se defiende de las acusaciones, Pablo nos da otra hermosa descripción sobre la tarea del ministro. En esencia, dice: “Si parece que estoy fuera de mí, considera esto: tengo algunos absolutos. La gente del mundo está perdida. Jesucristo murió para salvarlos. Toda la gente de este mundo debe oír las buenas nuevas de que Cristo murió para salvarlos. Por lo tanto, estoy muy emocionado de predicar el evangelio. Vivo diferente porque creo estas verdades espirituales“.

En este contexto, Pablo nos dice en el capítulo 5:17-21 que está comprometido con el ministerio de reconciliación. Esta es una verdad para todos los ministros de Cristo:

Lo que Pablo está diciendo, como hemos visto antes, es esto: “En el principio, Dios y los hombres estaban juntos. Estaban juntos, pero Dios creó al hombre como una criatura de elecciones. El hombre eligió y continúa eligiendo alejarse de Dios. Porque Dios es Santo y justo, esta rebelión crea una brecha entre el hombre y Dios.

Cuando Jesús murió en la cruz, Él estableció el camino para cerrar esta brecha ofreciéndose a si mismo, el único hombre inocente, como el sacrificio definitivo por el pecado. El hombre es reconciliado con Dios por Jesús; la redención es dada a aquellos que están unidos a Él. Lo que queda es que los hombres y mujeres se arrepientan, se vuelvan a Dios y accedan a esa redención convirtiéndose en discípulos de Cristo. Ese es nuestro ministerio de reconciliación: Le decimos al mundo, “¿No sabes que Cristo ha creado un camino para regresar a Dios? En Cristo, Dios se reconcilió con los hombres. A través de Cristo, puedes reconciliarte con tu Creador.

Para terminar, recuerda: este ministerio de reconciliación es tuyo, no importa si eres un ministro experto o recién hayas aceptado el regalo de la salvación hoy. A medida que vayas experimentando el sufrimiento, te vuelves más calificado para llevar ese mensaje a las personas que sufren. Pídele a Dios que te ayude a ver tu sufrimiento de esta manera, y que puedas tener la valentía de proclamar a Cristo a un mundo necesitado.


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