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NOTAS DE LA CLASE: LA MAGNÍFICA OBSESIÓN

En el mundo Hebreo, un “Evangelio” era una declaración de buenas noticas del campo de batalla; es aplicado en los profetas para el glorioso anuncio de cuando Dios venga a este mundo para derrotar a Sus enemigos y establecer Su Reino entre los hombres.

Todos los Evangelios nos hablan de Jesucristo, pero hay ciertas partes de la vida, muerte y resurrección de Jesús que son más o menos importantes para los objetivos de la predicación de cualquiera de ellos.

En Marcos y Juan, el nacimiento de Jesús y sus primeros treinta años en la tierra ni siquiera son mencionados. Cuando tú lees el Evangelio de Mateo encontrarás información de Su nacimiento, y la lista de nombres históricos llamada genealogía, pero nada de esto ocupará mucho espacio. Cuando tú lees el Evangelio de Lucas, descubrirás que inicia la historia antes del nacimiento de Jesús narrando los acontecimientos que rodearon el nacimiento del primo de Jesús, Juan el Bautista. Lucas también nos cuenta de diferentes historias acerca del nacimiento de Jesús a comparación de Mateo e incluirá una genealogía que toma un camino diferente y termina en un lugar distinto.

Al acercarse a los Evangelios, observa dónde pusieron énfasis los autores. Verás que predican las Buenas Nuevas de que Jesús vino como ¡el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! Como declara Juan el Bautista en Juan 1:29.

La vida de Cristo en los cuatro Evangelios generalmente se organiza en torno a varios eventos importantes: Su nacimiento, Su bautismo, Su tentación, Sus milagros, Su enseñanza, Su transfiguración y, especialmente, Su muerte, resurrección y ascensión al cielo con una comisión a sus Discípulos, y una promesa de volver.

De la misma manera, cada Evangelio presenta a Jesús como un visionario en una misión. Por ejemplo, si lees el Evangelio de Juan, descubrirás que Jesús era un hombre con una magnífica obsesión. Lo expresó de esta manera en Juan 9:4:

Un buen enfoque para comprender la vida de Jesús al leer estos cuatro Evangelios es hacer esta pregunta: "¿Cuáles eran esas obras que el Padre quería que Jesús realizara?" Con base en la cantidad de espacio que se le dio y en Su viaje anticipado hacia ella, la cruz claramente ocupa un lugar destacado en esa "obra del Padre". Por lo tanto, nos corresponde descubrir precisamente qué fue terminado en la cruz.

La Cruz satisface la justicia divina, efectúa la expiación y restaura el potencial de relación del lado de Dios, pero los hombres permanecen en enemistad con Dios.

Por lo tanto, era necesario que Jesús se estableciera en los corazones de los hombres y que formara un cuerpo de seguidores para propagar esta verdad por todo el mundo. 

Él no cometió pecado, ni fue hallado engaño en su boca. Cuando lo maldecían, él no respondía con maldición. 

Sé un estudiante habitual de la Biblia, comprométete a estudiarla y dedícate hoy a conocer el Camino, la Vida y la Verdad.


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