EL PROPÓSITO DE LA BIBLIA
El objetivo de hoy es entender el tema central de este Libro Sagrado: la redención del hombre pecador por parte de Dios. En esta lección el objetivo es descubrir «el propósito de la Biblia».
El objeto singular de la Escritura
En el Evangelio de Lucas, capítulo 24, Jesucristo ya resucitó de entre los muertos y va por el camino a Emaús con dos discípulos que no lo reconocen. Están deprimidos porque el que esperaban que fuera el Mesías acababa de ser crucificado. Jesús los reprende por su débil conocimiento de las Escrituras:
Esta siguiente parte del versículo 27 es importante, así que escuchemos atentamente: «Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían». Más tarde, en los versículos 44-45, después de revelarse a ellos, dijo:
¿Cuál fue la verdad acerca de las Escrituras que Jesús compartió? Simplemente esta: toda la Escritura se trata de Mí.
En el Evangelio de Juan 5:39-40, Jesús les dice las mismas cosas a los líderes religiosos de su época. Estaban discutiendo con Él acerca de Su afirmación de ser el Mesías. De hecho, tenían muchas pruebas si solo las hubieran aceptado: Juan el Bautista apoyó a Jesús, la palabra del Padre vino del cielo en Su bautismo y Él realizó muchos milagros, algunos de los cuales incluso superaron a Moisés, pero no creyeron. Él les dijo: «Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida» (Juan 5:39-40). Todas «las Escrituras […] dan testimonio de mí» es el versículo clave de toda la Biblia. Toda la Biblia se trata de Jesús.
Cuatro propósitos de las Escrituras
Con Jesús como el punto central de las Escrituras, hay cuatro propósitos de la Biblia que necesitamos abordar. El primer propósito de la Escritura es presentar a Jesucristo como el Salvador y Redentor de este mundo. Por lo tanto, el Antiguo Testamento dice: «Jesús viene»; y el Nuevo Testamento dice: «Jesús vino».
El segundo propósito de la Biblia es presentar la historia del Redentor y la salvación que vino a través de Él. Por lo tanto, hay algo que aprender del tiempo y el espacio que se les dio a partes específicas de la historia. Por ejemplo, hay 89 capítulos en los cuatro Evangelios. De estos, 4 capítulos cubren el nacimiento y los primeros treinta años de Jesús, dejando 85 capítulos para cubrir los últimos tres años de la vida de Jesús. La última semana de la vida de Jesús, la cubren 27 capítulos. Uno podría preguntarse: «¿Qué aspecto de la vida de Jesús es más importante para los escritores de los Evangelios? ¿Los primeros treinta años o los últimos tres? ¿Qué tan importante pensaron que era la última semana de Jesús cuando murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos?». La Biblia le da mucha importancia a la muerte y resurrección de Jesús. De hecho, la mitad del Evangelio de Juan está dedicado a hablar de la última semana ministerial de Jesús. Dos de los Evangelios ni siquiera mencionan el nacimiento de Jesús o sus primeros treinta años. Los Evangelios no están escritos como biografías, sino que están escritos para predicar algo. Ellos predican que Jesús vino para esa última semana cuando murió por nuestros pecados y resucitó para probar que Él era quien dijo que era: Dios encarnado.
Así, hay 1189 capítulos en toda la Biblia. De ellos, 11 cubren la historia del universo, la historia de la tierra, la historia de las personas, la historia del lenguaje, la historia del mal. En Génesis 12, conocemos a un hombre llamado Abraham. De Génesis 12 hasta Apocalipsis 22 (1178 capítulos) el tema es Abraham y sus descendientes, especialmente ese descendiente a través del cual todas las naciones de la Tierra son benditas, el Mesías, Jesucristo. La Biblia está principalmente interesada en una cosa y llega a esa única cosa antes de llegar a su duodécimo capítulo. La Biblia está interesada en la salvación; le interesa demostrar cómo vino la salvación, cómo vino el Salvador; así que llega a Abraham rápidamente. Desde Abraham hasta Cristo: de eso se trata la Biblia.
El Nuevo Testamento tiene 260 capítulos; el Antiguo Testamento tiene 929 capítulos. Sin embargo, hay muchas personas que dicen: «No estoy interesado en el Antiguo Testamento; esa es la Biblia antigua; solo denme el Nuevo Testamento». El Antiguo Testamento es la Palabra pura de Dios y en esos 929 capítulos Dios les dice mucho a sus hijos.
El tercer propósito de la Biblia, según el apóstol Pablo, es que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra que Dios quiera que hagamos. Entonces, en un sentido, la Biblia no fue escrita para el incrédulo, sino para el creyente. Sin importar que seamos hombres o mujeres, Dios tiene una obra que Él quiere que hagamos que lo glorificará; con el fin de prepararnos para hacer esta obra, Dios nos ha dado sesenta y seis pequeños libros inspirados que están llenos de la verdad que Él quiere que conozcamos y en la que quiere que reflexionemos para nuestra vida.
El cuarto propósito de la Escritura se puede encontrar enfatizado en el Evangelio de Juan, que está dirigido al incrédulo. En los versículos 30 y 31 del capítulo 20, Juan dice: «Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre». De esta manera, el Evangelio de Juan es el único libro de los sesenta y seis libros de la Biblia que está dirigido al incrédulo.
Este último propósito se puede resumir de la siguiente manera: Dios solo tiene un mensaje para el incrédulo, según la Biblia, y ese mensaje es: «¡Arrepiéntanse, y crean en el evangelio!» (RVC). Después de que el incrédulo se arrepiente y cree en el Evangelio, Dios tiene sesenta y seis libros llenos de verdad para ese creyente.
Entonces, hay cuatro propósitos de la Biblia: presentar a la persona de Jesucristo; presentar la historia de Jesucristo y la historia que conduce a Él; que el incrédulo pueda creer en Jesucristo; y que el creyente esté completamente preparado para toda buena obra que Dios quiera que haga
La historia de la Biblia
Si hablamos ahora de la historia de la Biblia, ¿podríamos responder algunas de estas preguntas?
¿Quiénes fueron las personas que escribieron los libros de la Biblia?
¿Cuándo y dónde los escribieron?
¿En qué idioma los escribieron?
¿Hay un registro de los documentos originales?
¿Quién conservó estos libros para nosotros?
¿Quién hizo la selección de estos libros y los puso en esta Colección de libros sagrados?
¿Quién autorizó a los hombres hacer estas selecciones y cuándo se hicieron?
¿Quién organizó la Biblia como está hoy?
Si le decimos a la gente que hemos inspeccionado la Biblia y que somos estudiantes serios de la Palabra de Dios, esperarán que sepamos cómo responder estas preguntas.
Entonces, ¿quién escribió la Biblia? Dios escribió este libro. ¿Eso qué significa? La sección sobre la palabra «inspiración» responde eso. A través del milagro de la inspiración, Dios movió a los hombres a escribir estos libros. Así que, en verdad, Dios escribió estos libros.
Hay dos términos que necesitan quedar establecidos al aprender acerca de que Dios escribió estos libros. El primero es el término «revelación». «Revelación» es un término general que cubre todas las formas en que Dios le revela la verdad al hombre. Dios le revela la verdad al hombre a través de la naturaleza. También le revela la verdad personalmente a través del Espíritu Santo. El segundo término es «inspiración». La inspiración se refiere a lo que los teólogos llaman «revelación especial». La Biblia es la revelación especial de Dios. Durante un período de unos mil seiscientos años, Dios movió a los hombres a escribir estos libros. Tiene un comienzo. Y tiene un final. Alrededor del año 90 d. C., cuando Juan escribió Apocalipsis, y cuando le puso un punto final a esa revelación, dijo que si alguien le agrega algo a este libro, Dios le agregará las plagas de este libro y nos advirtió que no le quitáramos nada (Apocalipsis 22:18-19). Ahora bien, algunos han dicho que Juan solo se refería al contenido de Apocalipsis mismo cuando escribió eso, pero otros han sugerido que las advertencias de Juan se aplican a toda la Biblia. De cualquier manera, nadie le debe quitar o agregar nada a las Escrituras. Fue un milagro especial. Por eso lo llaman una revelación especial.
Esto plantea la pregunta: «¿Dios todavía nos da revelación de manera personal?». Sí, así es.
Revelación personal contra revelación especial
Esto plantea entonces otra pregunta: «¿Qué es más importante, la revelación personal o la revelación especial?». La revelación especial siempre tiene autoridad sobre la revelación personal. Si alguien viene con un pastor y le dice: «Voy a dejar a mi esposa. Ella es imposible. La voy a dejar». El pastor le puede preguntar: «¿Te ha sido infiel?». Si él dice: «No, no, simplemente no me simpatiza; ya no quiero estar casado; Dios me dijo que la dejara». Entonces el pastor lleno de autoridad le puede decir: «Dios no te dijo tal cosa, porque en la revelación especial de las Escrituras, Dios no te permite dejarla. Dios dice que no te separes de ella. La verdadera revelación personal nunca contradirá la revelación especial».
Tenemos que ser cautelosos al decir: «Dios me dijo». Muchas veces cuando decimos: «Dios me dijo», Él no nos lo dijo. No nos conviene adjudicarle a Dios opiniones y deseos personales.
Lo importante de considerar las palabras «revelación» e «inspiración» es que muchos en el mundo ponen énfasis exclusivo en palabras como racionalismo, razón, lógica, humanismo. Dicen: «No necesito una revelación. Tengo la mente». Cuando nos convertimos en cristianos, no nos volvemos irracionales, ilógicos, irrazonables o inhumanos, sino que, de acuerdo con las Escrituras, la revelación es el criterio principal por el cual se puede discernir el bien del mal.
¿Quiénes escribieron la Biblia?
Ahora la cuestión de «quiénes». ¿Quiénes fueron las personas que escribieron la Biblia? Dios inspiró a ciertos hombres para escribir estos libros. Estos hombres fueron reyes, pescadores, pastores, generales, líderes políticos. Uno era médico. Otro era recaudador de impuestos. Todo tipo de hombres fueron inspirados por Dios para escribir Sus mensajes. El poeta, Dryden, sabiamente preguntó:
Este es un poema que rima en inglés y que tal vez no rima en tu idioma. Sin embargo, el autor está proporcionando un mensaje muy hermoso con respecto al poderoso testimonio de la Escritura, ya que al considerar a todas las diferentes personas que la escribieron, los diferentes tiempos y lugares, hay un mensaje unido y coherente en todo momento. Parece muy poco probable que la Biblia haya sido hecha por el hombre. Hay demasiadas cosas que habrían podido salir mal en el camino.
¿Quién recopiló y canonizó estos libros?
Ayuda investigar cómo tuvo lugar este milagro. Si lo hacemos, descubriremos que los libros del Antiguo Testamento fueron seleccionados por hombres como Esdras el Gran Escriba. Alrededor del año 100 d. C. en el Concilio de Jamnia, los libros del Antiguo Testamento estaban completamente establecidos, a pesar de que habían sido oficialmente reconocidas como Sagradas Escrituras y recogidas trescientos o cuatrocientos años antes de eso. Los libros del Nuevo Testamento ya habían sido recopilados, seleccionados y ordenados alrededor del año 692 d. C. en el Concilio Trulano, aunque ya establecidos en el Concilio de Roma en el año 382 d.C., y claramente mencionados casi un siglo antes de eso. En el caso del Antiguo Testamento, la selección se centró en la reputación del autor como profeta o escriba.
En el caso del Nuevo Testamento, se hicieron tres preguntas. ¿Fue este libro escrito por un apóstol o por el cercano colaborador de un apóstol? ¿Manifiesta el libro contenido espiritual que prepara al creyente para la vida y el ministerio? Finalmente, ¿todos estos libros están unánimemente de acuerdo con respecto a este contenido espiritual? Muchas personas preguntan acerca de los apócrifos que fueron colocados en el canon de las Escrituras por la iglesia católica romana en el año 1546 d. C. durante el período de la Reforma. Esos libros no fueron elegidos durante la selección original de las Escrituras.
Idiomas originales de la Biblia
Otro tema a considerar es el idioma en el que se escribió la Biblia. El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo; el Nuevo Testamento fue escrito en griego. Debido a que la Biblia no fue escrita en nuestra lengua materna, los estudiosos de la Biblia a menudo estudian estos idiomas originales para que todos podamos entender las Escrituras con mayor precisión.
Ahora pensemos en hace cuánto tiempo se escribieron estos libros. El Nuevo Testamento tiene casi 2000 años de antigüedad, y los libros más antiguos del Antiguo Testamento tienen entre 3500 y 4000 años de antigüedad. Estos libros tuvieron que ser copiados y preservados. Dado que el papel simplemente no dura tanto tiempo, ninguno de los manuscritos originales existe, pero tenemos disponibles copias dignas de confianza. Para obtener la Biblia en [tu idioma], tuvo que ser traducida por quienes estaban comprometidos con compartir la Palabra de Dios.
Conclusión
Esperamos que esta lección nos haya abierto la Escritura para que la entendamos mejor y transforme nuestra vida. No debemos olvidar estudiar con cuidado estas preguntas y las respuestas; son bastante importantes. Este tipo de preguntas nos ayudarán a entender mejor el origen de las Escrituras. El conocimiento nos dará la confianza de que la Palabra de Dios es verdadera, confiable y relevante para nosotros hoy.
Gracias por ser un estudiante fiel en este estudio introductorio de la Biblia. Continuemos invitando a nuestros familiares y amigos a que se nos unan mientras estudiamos la Palabra de Dios. El valor de este estudio de las Escrituras es eterno, ya que nos ayudará a aprender y aplicar las verdades eternas y espirituales de la Palabra de Dios.
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