Es útil para nosotros entender cuándo predican los profetas ,para que podamos descubrir el propósito de su predicación. Sus mensajes son directos y tocan problemas específicos para la obra de Dios en su época. Esos problemas son con frecuencia los mismos que experimentamos hoy, ya sea debido a nuestro pecado personal o al de los demás. Los profetas son ejemplos notables de lo que significa volver humildemente a Dios en arrepentimiento.

Por otro lado, los profetas no nacen para ser profetas. Son llamados a ese ministerio. Los profetas son llamados de todos los ámbitos de la vida. Algunos de los profetas son sacerdotes. Algunos profetas son llamados de la nobleza judía. Algunos son llamados de profesiones comunes.

Tomemos, por ejemplo, al profeta Amós, que es un recolector de higos y un pastor. La única calificación para ser profeta es el llamado directo de Dios, y una respuesta de disponibilidad y humildad.

El sacerdote va a la presencia de Dios e intercede por el pueblo. En comparación, el profeta tiene un encuentro espiritual con Dios y regresa con un mensaje de Dios para su pueblo. Los profetas aparecen en escena cuando el pueblo ha violado las estipulaciones del pacto que hizo con Dios por medio de Moisés. Los profetas suelen estar presentes como consejeros de los reyes justos, pero presentan más agresivamente cuando hay problemas.

Tanto el profeta como el sacerdote ministran la Palabra de Dios al pueblo elegido. Los sacerdotes explican la Palabra de Dios y responden preguntas al respecto. Los profetas instan al pueblo a obedecer la Palabra de Dios y aplicarla a sus vidas. Mientras los sacerdotes son como maestros y profesores, los profetas funcionan como pastores, animando a la gente a vivir bien aplicando la Palabra de Dios a su propia vida.

Los profetas también predican la justicia. Cuando los predicadores de hoy abordan la injusticia, con frecuencia enseñan de pasajes seleccionados de los profetas porque los profetas constantemente claman contra las injusticias de su época. Estos incluyen el robo, la violencia, la opresión, el asesinato y la corrupción de los tribunales, entre muchos otros. Las Escrituras definen la justicia no como una promesa debienes, servicios o igualdad, sino como una fuerte defensa de los derechos naturales.

Los derechos naturales hablan del deber para con otros por el simple hecho de que son seres humanos creados a la imagen de Dios: el derecho a vivir una vida libre de responsabilidad personal. Esto exige que todos traten a sus semejantes con todo el respeto y la dignidad que exige ser portador de la imagen de Dios. También forma la base para un llamado profético a la compasión.

Los profetas a menudo predican sobre la dispersión del pueblo de Dios entre las naciones. Al hacerlo, parte de su predicción siempre implica el regreso de su separación y un eventual y notable regreso del Mesías, un gran avivamiento mesiánico.

Los libros proféticos constituyen la sección más grande de la Biblia, pero la mayoría de los creyentes saben menos acerca de los profetas que de cualquier otra parte. Si somos conscientes del hecho de que Dios tiene cuidado con la cantidad de espacio que le da a los temas en la Biblia, debemos darnos cuenta de que los libros proféticos son una parte crucial de las Escrituras.

Los obstáculos que bloquean la obra de Dios en nuestro mundo, o en nuestra vida personal, son el enfoque principal de estos libros proféticos.

Mira esta lección completa en nuestro canal de YouTube