NOTAS DE LA CLASE: EL EVANGELIO ABSOLUTO
Cuando Pablo escribe su carta a los Gálatas, está lleno de una profunda ir que notamos de inmediato. La mayoría de las cartas de Pablo comienzan con tiernas presentaciones, incluso si pasa el resto de la carta corrigiendo duramente a su audiencia.
Pero Gálatas comienza con Pablo diciendo: Estoy asombrado de qué tan pronto se estén apartando del que los llamó por la gracia de Cristo, para ir tras un evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el Evangelio de Cristo. Este problema es tan serio que Pablo no pierde el tiempo en sutilezas; una vez que los saluda, pasa directamente a modo de confrontación.
Mientras leemos la carta de Pablo a los Gálatas, podemos comenzar a imaginar lo que sucedió para que se enojara tanto. Pablo había recorrido Galacia predicando el evangelio: de que Jesucristo, a través de su muerte en la cruz, había hecho posible que Dios nos dé salvación. Pablo predicó que este evangelio, cuando se abraza con fe, puede salvarte. Este don es el resultado de la gracia de Dios para que podamos ser salvos solo por la fe, solo en Cristo. Nada más puede salvarnos.
Este mensaje no pretende sugerir que ser cristiano solo implica creer y nada más; simplemente enfatiza que la salvación en sí misma no se gana a través del esfuerzo humano. Pablo insiste en que los cristianos se salvan para buenas obras, pero no por las buenas obras. Estas obras son una validación y una señal de nuestra fe, pero no aseguran nuestra salvación. Podemos imaginar esta dinámica como unas ecuaciones matemáticas:
Salvación por obras se vería así: Fe + Obras = Salvación.
La salvación que podríamos llamar gracia barata, es aquella que no pone la fe en acción: Fe = Salvación.
Sin embargo, la visión bíblica y más completa de la Salvación es: Fe = Salvación + Obras
El objetivo final de Pablo, a su largo itinerario de años es destacar que el evangelio que está predicando proviene directamente del Cristo resucitado y no es algo que le haya sido transmitido por ningún ser humano. Él está enfatizando: “Soy apóstol por causa de Jesucristo. Jesús mismo me comisionó. Jesús mismo me ordenó ser un apóstol”.
Pablo no solo no fue comisionado ni recibió un mensaje de sus compañeros apóstoles, sino que también parece que apenas y estuvo cerca de ellos durante mucho tiempo. Según el testimonio de Pablo en Gálatas 1:22 al 2:2, está a 14 años de distancia de estos otros apóstoles, quienes solo lo conocen por su nombre y reputación como un enemigo convertido, una reputación por la que glorificaron a Dios por causa de él.
Como vimos antes, Pablo aborda el problema de un evangelio falso en Gálatas 1 y 2. Él llama a ese evangelio falso “otro evangelio”. Pablo realmente está diciendo que este supuesto otro “evangelio” en realidad no es evangelio; está lleno de apostasía, falsa esperanza y mentiras... y según Pablo, cualquiera que predique tal evangelio debe ser maldecido. Como hemos visto, el argumento de Pablo está basado en su confianza de que su mensaje no es suyo. Condena todas y cada una delas predicaciones del falso evangelio diciendo: “Déjame decirte algo sobre el evangelio que prediqué. No obtuve ese evangelio mientras me entrenaba para ser rabino. No obtuve ese evangelio al leerlo en un libro. De hecho, no me enseñaron este evangelio en alguna enseñanza humana escrita o hablada. Recibí el evangelio que predico directamente de Dios, de la revelación de Jesucristo resucitado. Así es como puedes estar seguro de que el evangelio que predico es el verdadero evangelio, y todo lo que lo contradiga es falso”.
Vemos aún más claramente ahora por qué Pablo escribió esta carta de su propia mano y tan emotiva: es porque el mensaje de gracia que había predicado estaba siendo contaminado y cambiado por la mentira de que podemos salvarnos a nosotros mismos. ¡Qué blasfemia!
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