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NOTAS DE LA CLASE: DISCIPLINAS DIVINAS Y VALORES VERTICALES

En el Sermón del Monte, Jesús nos muestra cómo podemos ser parte de Su solución a los problemas del mundo... cómo podemos ser la sal de la tierra y la luz del mundo.

En Mateo 5, Jesús nos dice que “miremos” para determinar si nuestras actitudes están alineadas con las correctas actitudes de un verdadero discípulo. En Mateo 6, Él nos dice que “cuidemos” la manera en que podríamos ser sus embajadores.

En Mateo 6:5-13, Jesús continúa Su enseñanza sobre dar, y en Mateo 6:1-4 enseña sobre la disciplina espiritual de la oración, diciendo:

Por lo tanto, debes saber orar y debes practicar la oración con el espíritu correcto. No puedes ser parte de la solución de Cristo a los problemas que tiene la gente si no sabes cómo orar. Incluso los discípulos se acercan a Jesús y le dicen: "Señor, enséñanos a orar".

Las disciplinas espirituales de dar, orar y ayunar, todas llevan consigo la tentación de realizar estos actos frente a las personas para impresionarlas. Por lo tanto, a menudo practicamos estas disciplinas horizontalmente en lugar de verticalmente.

Jesús nos enseña que la oración es un asunto vertical y luego nos enseña cómo orar. Él nos da lo que se conoce como "El Padre Nuestro". Él nos está diciendo: ”Cuando oren, oren de esta manera". Los viejos rabinos solían dar oraciones prescritas con diferentes peticiones y alabanzas que servían de"ayuda" para el pueblo judío cuando oraban. Jesús hace algo así cuando nos da este modelo de oración. Como modelo, representa ideas y categorías a considerar al comunicarse personalmente con Dios en la oración en secreto. Es correcto y muy común recitar el Padre Nuestro en público como una herramienta de enseñanza, pero no debe reemplazar la comunicación personal de la oración en lo secreto.

Hay siete peticiones en esta oración. Tres de ellas se refieren a la providencia de Dios, y cuatro de ellas se refieren a nuestras necesidades personales. Jesús dice: "Ustedes, pues, oren así: Padre Nuestro". Eso es hermoso. Jesús nos dijo que habláramos con Dios como hablaríamos con un padre. A esta instrucción le siguen tres peticiones referentes  a Dios: Tu Nombre, Tu Reino, Tu Voluntad.

Lo primero que debemos orar es "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre". En otras palabras, “Señor, sea tu nombre honrado y reverenciado, Señor. Quiero que seas exaltado y glorificado tanto en mi vida como en este mundo".

Luego ora: "Venga tu reino". Lo que estamos orando aquí es: "Padre, no estoy construyendo ningún reino propio. Quiero que venga Tu reino. Quiero que esta gente no solo te adore, sino que te haga Rey y Señor de sus vidas". Jesús luego reafirma este punto: "Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo". Es decir: "Oro para que Tu voluntad se exprese a través de mi vida en este mundo, así como Tu voluntad se expresa perfectamente en la dimensión celestial".

Esta es una poderosa idea que define el Reino de Dios. La voluntad de Dios existirá en la vida y el corazón de hombres y mujeres. Entonces, tres veces lo estás diciendo... Dios primero, Dios primero, Dios primero. La oración no es una cuestión de venir a la presencia de Dios con una lista de las cosas que necesitas y deseas, y luego enviar a Dios para que vaya a buscar esas cosas por ti.

La primera petición personal es "Danos hoy nuestro pan de cada día". El pan aquí simboliza todas tus necesidades. El pan que necesitas es solo para "este día". Buscar humildemente la gracia de Dios es una disciplina diaria. Así como Dios proporcionó el maná día a día, Dios cultiva la dependencia diaria de Dios para todas las cosas.

La siguiente petición es "Perdónanos". La mayoría de las veces no damos la preferencia a "Dios Primero" para honrar el nombre de Dios, edificar Su Reino y llevar a cabo Su voluntad. Entonces, tenemos que orar "Perdónanos". Jesús conecta este clamor eterno de perdón con la misericordia que brindamos a los demás. Básicamente, "Como nosotros perdonamos, perdónanos".

La siguiente petición es "No nos metas en tentación". Esta petición confunde a algunas personas. Santiago 1:13 nos dice: “Dios no puede ser tentado por el mal, y Él mismo no tienta a nadie”. Entonces, ¿por qué tenemos que orar “¿No nos dejes caer en tentación?”. Lo que Jesús quiere decir aquí es: "Señor, no quiero ser tentado a pecar, así que condúceme paso a paso hoy, porque si Tú me guías, no seré atraído por las falsas promesas del pecado". Entonces, la tercera petición personal es "Guíanos".

La cuarta petición a menudo es mal traducida. El griego es bastante específico al no decir líbranos del mal como un concepto impreciso; más bien es: "Líbranos del maligno". En esta petición estamos orando para ser liberados del poder de Satanás y las fuerzas de las tinieblas que están con él.

Entonces, poniéndolo todo junto, estas son las cosas por las que siempre debes orar:

Ahora, con ese fin, Padre, danos lo que necesitamos para vivir una vida santa, perdónanos cuando fallamos, condúcenos en tus caminos y aléjanos de la tentación, y líbranos del poder del enemigo.

Ahora, después de hablarnos sobre las disciplinas espirituales de la mayordomía y la oración, lo siguiente que Jesús nos enseña en el Sermón del Monte es la disciplina espiritual del ayuno. Por lo tanto, hemos visto que todas nuestras disciplinas espirituales sobre dar, orar y ayunar deben practicarse "verticalmente", para que solamente Dios las vea y no para impresionar a las personas. Las prioridades de Dios deben estar presentes en todas las áreas de la vida.

Si realmente queremos ser la sal de la tierra y la luz del mundo, debemos demostrar los valores de Dios.

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