Jesús tenía un conflicto constante con los líderes religiosos de Israel. Debido a sus obras y a sus declaraciones sobre si mismo.

Él hace muchas afirmaciones audaces sobre sí mismo. Por nombrar algunas, podemos considerar:

• En Juan 5:18, los líderes religiosos interpretan las palabras de Jesús como llamar a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

• En Juan 5:22-23 leemos:

• Encontramos en Juan 5:25:

• En Juan 6:35 dice: “Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, no tendrá hambre, y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” Siguiendo en el 6:40, “Porque esta es la voluntad de mi Padre, que todo el que mire al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final,” y en el versículo 42 se cita diciendo, “…Yo he bajado del cielo.”

• Encontramos en Juan 7:37 que Jesús clama:

• En Juan 8:12, Jesús declara: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida, y continúa en el versículo 58 citando la auto confesión de Dios en Éxodo 3:14: “De cierto, de cierto os digo, antes de que naciera Abraham: Yo soy.”

Dado que Jesús hace estas audaces declaraciones sobre sí mismo, no podrías rechazar sus afirmaciones y luego decir que es un hombre agradable, o un buen hombre, o un maestro noble, o un líder recto.

No, solo hay tres posibles afirmaciones para Jesús.

Primero, podrías llamarlo "mentiroso". En segundo lugar, podrías omitir su honorabilidad y decir que es un "lunático". De esta manera, Él podría ser sincero y estar equivocado.

Finalmente, si resistes a estas dos explicaciones, entonces debe declarar que Jesús es quién dice ser: Dios hecho carne, el Señor de la creación.

Mentiroso, lunático o Señor... esas son elecciones propias.

¿Qué crees tú?

Ahora bien, Jesús no hace estas afirmaciones sin un contexto. ¿Quién creería tal locura sin una validación convincente?

Entonces, cuando Jesús entabla un diálogo hostil con los líderes religiosos en el capítulo cinco, les da a cuatro testigos

Primero, Jesús les recuerda: "Juan el Bautista, el gran profeta, dijo las cosas más maravillosas de mí".

En segundo lugar, Jesús dice: "Han visto y oído de las obras que he hecho, muchas señales y milagros".

En tercer lugar, probablemente haciendo referencia a la voz del cielo en Su bautismo, Jesús agrega: "Tienes el testimonio del Padre mismo, cuya palabra no escuchas ni crees".

Cuarto, Jesús da el testimonio de las Escrituras que Él cumple cabalmente. Aquí da una visión poderosa de las Escrituras diciendo en Juan 5:39-47:

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