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CUATRO COSAS QUE NOS ENSEÑA LA VIDA DE ABRAHAM ACERCA DE LAS PROMESAS DE DIOS

Si Dios lo prometió, lo cumplirá

Estudio de Génesis

¿Alguna vez alguien te ha decepcionado al no cumplir una promesa? Seguramente sí.

Pero cuando Dios da una promesa, ten por seguro que la cumplirá. Así ocurrió en la vida de Abram:

Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
— Génesis 12:1-3
Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada
— Génesis 13:15-16

El nombre Abram significa “padre exaltado”. Eso era precisamente lo que el Señor quería hacer con él. En un punto de la historia, Dios cambió el nombre de Abram por Abraham, que significa “padre de multitud” o “padre de multitudes”.

Sin duda estas eran promesas maravillosas. Sin embargo, en la Biblia encontramos que esperar siempre es parte del proceso. Incluso Abraham tuvo que esperar por años para ver las promesas cumplidas.

Pero en medio de esta espera, Dios quiere enseñarnos cuatro cosas importantes:

  1. No dejes de creer: Pareciera que es algo muy simple, pero cuando estamos esperando por mucho tiempo, creer se vuelve cada vez más complicado.

Necesitamos confiar en que nuestra vida está en manos de Dios. Él nos llevará adonde Él desea, pero necesitamos creerle.

2. El tiempo de Dios es perfecto: Tal vez pasen días, meses o años, pero el tiempo De Dios siempre es el mejor. Durante ese tiempo, Dios nos enseña, forma nuestro carácter y nos prepara.

Hubo un momento en el que Abraham y Saraí (su esposa) decidieron hacer las cosas a su manera, al verse desesperados por la espera (Génesis 16:2-4). Sin embargo, el Señor seguía pidiéndoles que esperaran a Su tiempo, a la vez que seguía moldeando y trabajando en sus vidas.

Dios preparó a Abraham para ver las promesas cumplidas en su vida durante muchos años; tal vez más de lo que Abraham esperaba. Cuando tenía 100 años tuvo al hijo que daría inicio al cumplimiento de la promesa de que sería padre de una gran nación (Génesis 20:2-6).

Esto nos lleva al siguiente punto...

3. Dios realiza sus planes, aun con nuestras limitaciones: Dios no pide hombres y mujeres perfectos, sino hombres y mujeres que crean.

Parecía que para Abraham y su esposa una limitante era su avanzada edad.

Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?
— Génesis 18:10-12

Cuando decidieron creerle a Dios y dejar de ver las limitantes en sus vidas, Él obró de forma poderosa.

4. Considera a Dios en cada etapa: Así como Abraham construyó altares en cada etapa decisiva de su vida, nosotros también debemos llevar nuestra vida “al altar” diariamente.

“Sacrificar” nuestra vida diariamente y obedecer son la mejor muestra de que le hemos creído a Dios y a Su Palabra.


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