Daniel es un profeta único en el sentido de que ministra principalmente dentro del palacio de un rey extranjero. Daniel es llevado a Babilonia por el emperador Nabucodonosor a la edad de 15 años.

El libro de Daniel se divide en dos secciones. La primera parte, capítulos 1-6, contiene una narración histórica. La segunda parte, capítulos 7-12, contiene las visiones apocalípticas que Daniel recibió de Dios. Al igual que Ezequiel y el libro de Apocalipsis, Daniel se comunica a través de visiones sobre el futuro altamente simbólicas. Esto hace que la segunda parte de Daniel, junto con Ezequiel y Apocalipsis, sean libros importantes sobre el estudio de los últimos días o lo que se llama “escatología”.

Los primeros seis capítulos del libro de Daniel son un poco más fáciles de entender que los capítulos posteriores. Esta primera sección simplemente cuenta la historia de Daniel y sus tres amigos mientras se esfuerzan por servir a Dios fielmente en el contexto pagano de Babilonia. Podemos aprender muchas lecciones de vida espiritual de estos capítulos. Todo cristiano está, por la misma naturaleza al ser ciudadano del Reino de Dios, llamado a vivir diferente al mundo. ¡Esto hace que la historia de Daniel sea bastante reconocible para todos nosotros!

Los cinco milagros registrados en el Libro de Daniel nos muestran que Dios hace cosas sobrenaturales. Dios usa estos milagros para traer gloria a sí mismo ante los ojos de los gobernantes babilónicos y sus séquitos. Estos cinco milagros son:

1. La identificación e interpretación del sueño de Nabucodonosor en el capítulo 2.

2. El rescate de los amigos de Daniel del horno de fuego en el capítulo 3.

3. El sueño profético de la locura y restauración de Nabucodonosor en el capítulo 4.

4. La aparición de la escritura divina en la pared y la interpretación profética de Daniel en el capítulo 5.

5. El rescate de Daniel del foso de los leones en el capítulo 6.

Esta es la razón por la que Dios coloca a Daniel en Babilonia. Daniel cree en el poder de Dios, en el poder de la oración y en la provisión de Dios en los asuntos humanos. Dios sin duda usa la vida de Daniel para glorificarlo en una nación pagana.

Para terminar, recuerda esto: cuando enfrentamos problemas que parecen imposibles de resolver, debemos creer en el poder de Dios, en el poder de la oración y en la provisión de Dios. Mientras vivimos nuestra fe en este mundo, estamos rodeados de influencias mundanas, tal como lo estuvo Daniel. El mundo que nos rodea está intentando convertirnos en “babilonios" espirituales.

Cuando el mundo nos presiona para que nos conformemos, debemos aprender de Daniel y sus tres amigos. Daniel y sus amigos decidieron en su corazón no adoptar los caminos de los babilonios. En cambio, están decididos a convertir a los babilonios en creyentes. ¡Lo mismo es para nosotros! No tenemos que permanecer pasivos; debemos influir activamente en el el mundo, viviendo vidas del amor de Dios. No consintamos; decidamos ser como Daniel.

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