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¿CÓMO LEER LA BIBLIA?

Por Rachel Kidd

Casi todos los cristianos pueden dar fe de los beneficios de pasar tiempo estudiando las Escrituras. Pero para la mayoría de nosotros que no hemos tenido una formación teológica formal, puede ser difícil sentir que estamos sacando el máximo provecho de nuestro estudio.

Esta serie está diseñada para ser una guía introductoria para ayudarte a comenzar un hábito regular de estudio bíblico. Cada blog estudiará una pregunta principal asociada con el estudio bíblico, una herramienta útil para profundizar en la Palabra y acercarse a Dios.

¿Qué es la Biblia?


Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
— Hebreos 4:12

En primer lugar, la Biblia es la Palabra viva de Dios. Lo que tenemos hoy ha sido interpretado por Sus siervos y transmitido a través de los siglos.

También es una colección de libros, escritos en diferentes géneros, desde poesía hasta texto histórico. Es importante comprender el contexto original de las Escrituras, así como los idiomas originales: griego, hebreo y arameo antiguos.

Algunas traducciones son más precisas que otras en reflejar los idiomas originales.

El porqué

Es útil comenzar por considerar por qué quieres leer la Biblia. ¿Estás buscando sabiduría? ¿Consuelo en circunstancias difíciles?

¿Hay momentos particulares en los que te sientes atraído por las Escrituras? ¿Hay algún momento del día o de la estación en que tiendes a gravitar hacia la Biblia?

Tómate un tiempo para determinar por qué has decidido hacer del estudio bíblico un hábito y úsalo para ayudarte a establecer tus metas (más sobre esto más adelante).

Consejos útiles

  • La oración y la meditación son una excelente manera de comenzar este viaje, a medida que vuelves a enfocar y centrar tu relación con Dios.

  • Pasar tiempo en comunión con otros, especialmente con un mentor o alguien cuyos hábitos admires, es una excelente manera de motivarte.

Versículos sobre la importancia de las Escrituras

La Biblia misma nos dice lo importante que es estudiar la Palabra. Leer y meditar en algunos versículos clave puede ser justo lo que necesitas para despertar el deseo de leer tu Biblia con regularidad.

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
— Salmos 119:105

Este Salmo describe bellamente la Palabra de Dios como una lámpara, la luz que nos permite ver y andar por un camino oscuro. Una metáfora de cómo las Escrituras nos guían a través de la vida, vemos la Biblia como iluminadora y reveladora.

El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
— Mateo 4:4

Del mismo modo, muchas generaciones después, Jesús le dice al diablo en el desierto que la palabra de Dios es como el pan: crucial para la supervivencia del ser humano.

Esta historia en su conjunto nos recuerda que incluso Satanás es capaz de aprenderse las Escrituras, ya que se las cita a Jesús adulteradas. Las palabras se pueden deformar y torcer con mucha facilidad, incluso, y más especialmente, las Escrituras.

Leer y estudiar la Palabra por ti mismo te garantiza que no seas manipulado por falsas enseñanzas o malas interpretaciones. Haz preguntas, habla con personas y líderes en los que confíes y pasa tiempo con Dios, conforme vayas formando tu comprensión de la Biblia.

¿Por dónde comenzar?

Ya sea que hayas perdido el hábito o recién estés comenzando a crecer en tu fe de esta manera, puede ser intimidante comenzar una rutina de estudio bíblico.

Estos pasos pueden ayudarte a desarrollar una rutina que te funcione y que se adapte a tu estilo de vida, permitiéndote sacarle todo el jugo a la Palabra de Dios.

1. Establece objetivos (realistas)

Si aún no estás leyendo tu Biblia a diario, no es realista esperar que de repente comiences a pasar una hora en la Palabra todos los días.

Considera tus objetivos y cómo puedes alcanzarlos de una manera realista. Tal vez quieras tener tu tiempo a solas por la mañána, pero te sientes apresurado a salir por la puerta en una mañana normal.

Comienza reservando 10-15 minutos una mañana a la semana para un tiempo ininterrumpido. Elige un sitio tranquilo. Me encanta sentarme en el porche en las mañanas soleadas. Lleva tu cuaderno, biblia y tal vez una taza de café. Abre Su Palabra y da el primer paso para caminar con Él.

Una vez que tengas el hábito de reservar ese tiempo para el estudio de la Biblia, será más fácil hacerlo más largo o más frecuente. Los buenos hábitos se forman con el tiempo, ten paciencia al incorporar esta práctica en tu vida.

Establece objetivos inteligentes para prepararte para el éxito.

  • Específico: Sé específico acerca de lo que quieres lograr. Quiero leer más mi Biblia.

  • Medible: ¿Cómo medirás el éxito? Quiero leer mi Biblia tres veces a la semana durante 10 minutos.

  • Alcanzable: ¿Es este un objetivo realista para ti y tu vida en este momento? Tengo las mañanas disponibles y me gusta empezar el día con un café y una lectura.

  • Relevante: ¿Cómo mejorará esto tu vida? (Tu porqué). Recurro a la Biblia en busca de consuelo en momentos de estrés.

  • Oportuno: ¿Cuándo quieres lograr esto? Quisiera leer regularmente la Biblia tres días a la semana durante 10 minutos para el próximo mes.

Más ejemplos de objetivos bíblicos inteligentes:

  • Leer la Biblia todos los días durante 15 minutos.

  • Leer toda la Biblia en un año.

  • Memorizar un enunciado de las Escrituras cada semana.

  • Leer el Nuevo Testamento en un mes.

  • Reunirme con un grupo de estudio bíblico dos veces al mes.

  • Seguir un plan de lectura de la Biblia, como el Plan Anual de Lectura Bíblica.

2. Monitorea tu avance

Tómate un tiempo para revisar periódicamente tu avance para asegurarte de que estás progresando en tus metas. Tómate unos minutos al final de cada semana o mes para hacer un seguimiento de tu progreso.

El seguimiento en un calendario, ya sea físico o digital, es una excelente manera de ver la frecuencia con la que estás estudiando.

Pregúntate, ¿cuántas veces hice mi estudio bíblico este mes? ¿Me siento satisfecho con esa cantidad? Y lo más importante, ¿qué obtuve con este tiempo? ¿Cómo me habló Dios esta semana/mes?

3. Revaluar

Al final de cada mes, trimestre o año, revisa tus objetivos y echa un vistazo a tu progreso. Revisa tu calendario o notas y mira el avance que has logrado.

Presta atención a las ocasiones en las que has pasado más tiempo en la Palabra o menos. ¿Tienen algo en común estos tiempos? ¿Cómo puedes ayudarte a ti mismo durante estos tiempos?

Celebra tus éxitos y no te obsesiones con tus fracasos, no pasa nada si no cumpliste tu meta a la perfección; ¡cualquier momento que pases en las Escrituras es beneficioso!

Formar buenos hábitos puede ser difícil, pero dedicar tiempo a estudiar las Escrituras no tiene por qué ser difícil. Fíjate objetivos a medida que te esfuerzas para pasar más tiempo de calidad en la Palabra.


Te invitamos a conocer más acerca de la Biblia por medio de estudiarla con nuestros materiales gratuitos de estudio bíblico.