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¿CÓMO ESTUDIAR LA BIBLIA?

Bienvenido a la lección sobre cómo estudiar la Biblia. En esta lección, aprenderemos que el estudio efectivo de la Biblia implica tres pasos cuidadosos: observación, interpretación y aplicación. Este no es un estudio académico. El objetivo no es convertirte en un erudito de la Biblia. La visión para este estudio es guiarte a los pasajes de las Escrituras que te muestran la voluntad de Dios para tu vida en el día a día. El interés está en el mensaje devocional de las Escrituras. Agradecemos a Dios por esta oportunidad de estudiar Su Palabra.

Para saber lo que Dios ha dicho en la Biblia, primero hay que saber cómo estudiarla. Tener un método confiable para el estudio de la Biblia es importante. Hay tres pasos en un buen estudio bíblico:

1. Observación, 2. Interpretación y 3. Aplicación.

La observación plantea las preguntas: «¿Qué dice? ¿Qué escribió realmente el autor de este pasaje de las Escrituras? ¿Cuál es el contexto? ¿Qué gramática usó el autor? ¿Qué estructuras y estilos literarios eligió el autor al presentar el material?».

La interpretación plantea las preguntas: «¿Qué significa? ¿Qué está tratando de enseñar el autor de este pasaje de las Escrituras al lector objetivo?».

La aplicación plantea las preguntas: «¿Qué significa para mí? ¿Qué se supone que debo cambiar sobre cómo pienso, siento o actúo debido a este pasaje de las Escrituras?». Cuando llegues a esa sección llamada «aplicación», haste algunas preguntas como estas:

¿Hay algún ejemplo a seguir?

¿Hay alguna advertencia a la que debo prestar atención o mandamientos que debo obedecer?

¿Hay algún pecado que deba abandonar?

¿Hay alguna nueva verdad sobre Dios o Jesucristo o mi propia vida?

¿Hay alguna palabra de desafío e inspiración o de consuelo y aliento?

¿Hay alguna pregunta que no puedo responder?

¿Hay otros pasajes que se relacionen con este pasaje?

Estas preguntas te ayudarán a resolver algunas aplicaciones de las Escrituras a medida que las estudias.

Doce reglas del estudio bíblico

Con estas tres categorías en mente, aquí hay algunas reglas generales para el estudio de la Biblia. Las cosas que valen la pena tienden a tener reglas. En una capacitación formal, digamos en una escuela bíblica, llaman a estas reglas «hermenéutica»: el arte y la ciencia de la interpretación. Estas son las doce reglas:

Primero, para cualquier pasaje de las Escrituras, hay una interpretación, pero puede haber muchas aplicaciones. Es importante no confundir interpretación con aplicación. Lo que el texto pretende decir al lector es un solo mensaje, pero las implicaciones de ese mensaje para la vida de cualquier lector pueden ser muchas. Un autor le escribe a una sola persona o grupo objetivo, pero los que realmente leen un texto provienen de muchos lugares, tiempos, culturas y circunstancias.

En segundo lugar, dado que la Biblia es un libro acerca de Cristo, busca la trascendencia de un texto para el mensaje de Cristo a medida que lo leas. Siempre pregúntate: «¿Cómo se relaciona esto con los propósitos más grandes de Dios en Su obra de salvación a través de Cristo?».

Tercero, cuando estudies el Antiguo Testamento, recuerda que estás buscando ejemplos y advertencias. Los textos históricos ofrecen muchos ejemplos, tanto positivos como negativos. Los creyentes deben emular a algunas personas y tomar a otros como advertencias. Los acontecimientos históricos de la Biblia, además de ser históricos, también pueden tener un significado ilustrativo. En Gálatas 4:22-24, el apóstol Pablo señala que Abraham tuvo dos hijos, pero también declara que estos hijos son una «alegoría». Abraham tuvo dos hijos, Ismael e Isaac. Eso es histórico. Sin embargo, la historia también puede tener un significado metafórico representando dos tipos diferentes de pacto. Cuando el apóstol Pablo dice en 1 Corintios 10:11 que todas estas cosas les sucedieron a los santos de la antigüedad como ejemplo, usó la palabra griega para «tipo». Estos santos, aunque reales, también eran tipos, que son como lecciones objetivas.

Cuarto, nunca llegues a un pasaje de las Escrituras con tu mente ya decidida en cuanto a lo que significa el pasaje. Estudia el significado de los pasajes bíblicos, no supongas su significado sin investigar. Una vez, un pastor compartió algunos versículos con una mujer atribulada. Entonces ella le dijo: «Pastor, no me confunda con las Escrituras. Ya estoy decidida». Algunas personas leen la Biblia de esa manera. Solo escuchan que las Escrituras les dicen lo que ya creen. Ellos le dicen a la Biblia lo que debe significar en lugar de dejar que las Escrituras los instruyan.

Quinto, una vez que aprendas el significado de un versículo de las Escrituras, pregúntate si estás dispuesto a obedecerlo antes de enseñárselo a otra persona. Como Santiago 1:22 nos enseña, debemos ser hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, más aún si somos maestros y predicadores. Acércate a este libro como lo hizo Samuel en 1 Samuel 3:10, diciendo: «Habla, porque tu siervo oye». Eso significa que una persona debería ser capaz de decir: «Dios, estoy listo para hacer lo que me pidas».

La sexta regla es esta: recuerda siempre que Dios nos habla a través de Su Palabra, por lo que debemos estudiar la Palabra de Dios cuidadosamente, pidiéndole a Dios que ilumine cosas a través del Espíritu Santo para que las notemos. Deberías acudir a las Escrituras tratando de comunicarte con Dios.

Séptimo, hay algunos pasajes de las Escrituras que son difíciles de entender. No te sientas desilusionado si te encuentras con uno de ellos, y no te obsesiones con estos pasajes oscuros. Deuteronomio 29:29 dice: «Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley».

Hay muchas cosas básicas en las Escrituras que Dios ha dejado muy claras que podrían tomar toda una vida dominar, no hay razón para gastar mucha energía mental y espiritual tratando de perfeccionar tu comprensión de las cosas oscuras. De la misma manera, debes interpretar estas Escrituras oscuras o desconcertantes a la luz de versículos que tengan un significado claro. Usa las verdades fáciles de entender como guías para entender las difíciles. No desarrolles doctrinas o enseñanzas especiales sobre pasajes problemáticos y ten cuidado con los predicadores que lo hagan.

Octavo, el contexto definitivo para interpretar cualquier pasaje es el resto de las Escrituras. El mejor comentario sobre la Biblia es la Biblia misma. Segunda de Pedro 1:20 dice: «Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada». No le dés a ningún pasaje una interpretación privada que contradiga la clara enseñanza en otras partes de la Biblia.

Noveno, ve a la Biblia buscando la verdad para vivir la vida y no solo para agregar a tu conocimiento. El conocimiento bíblico no es virtud. La virtud es el resultado de una aplicación apropiada del conocimiento bíblico. Es la práctica de las Escrituras, la obediencia a la Palabra de Dios lo que hará de la Biblia un poder, un poder real, en tu vida.

Décimo, cuando abordes las Escrituras, busca la verdad que puedas vivir, sin preocuparte por las disputas sobre detalles secundarios. Por ejemplo, cuando menciones el libro de Jonás, algunos querrán discutir sobre si las ballenas pueden o no tragarse a las personas. Jonás, sin embargo, trata sobre el prejuicio contra el amor de Dios. Jonás odiaba a los ninivitas, pero Dios le mostró a Jonás que su amor se extiende incluso a los enemigos. Eso no tiene nada que ver con que las ballenas se traguen a las personas.

Cuando abordes el libro de Jonás o la historia de Adán y Eva o cualquier otra historia del Antiguo Testamento, acércate a esa historia haciéndote estas preguntas: «¿Qué dice? ¿Qué significa? ¿Qué significa eso para mí?». Y: «Dios, ¿qué verdad estás tratando de mostrarme en esta Escritura?». Entiende el panorama general, comprende la gran verdad, capta la verdad central. ¿Qué está diciendo Dios? ¿Cuál es Su mensaje concluyente aquí? Descansa en lo que dice el salmista en Salmos 119:160: «La suma de tu palabra es verdad».

En ese mismo espíritu, la undécima regla es esta: acude a la Biblia, especialmente al Nuevo Testamento, buscando lo que podríamos llamar el argumento o la línea de razonamiento del libro. Libros como Romanos y Hebreos tienen un magnífico argumento. Hay un punto principal que recorre todo el libro, así que trata de descubrir y seguir lógicamente el argumento del libro.

Y, por último, número doce, siempre considera el contexto de cualquier pasaje de las Escrituras. Una de las formas más comunes de hacer un mal uso de la Biblia es citar un pasaje fuera de contexto. Las Escrituras pueden ser usadas para probar cualquier punto que quieras probar si sacas sus palabras de contexto y les das un significado que viola ese contexto. La palabra contexto significa literalmente ‘con el texto’: interpretar una declaración a la luz de los textos que la rodean.

Conclusión

Finalmente, considera esta oración para terminar, para que te metas en la Palabra de Dios y dejes que la Palabra de Dios entre en ti. El salmista nos recuerda lo significativo que es esto, cuando escribió: «En mi corazón he guardado tus dichos, / Para no pecar contra ti» (Salmos 119:11). Aprender, estudiar y aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida es la clave para vivir una vida que agrade a Dios.

Esperamos que estas reglas te hayan sido esclarecedoras. La mejor manera de aprenderlas es a través de la práctica. La esperanza y la oración de esta sesión es que seas bendecido y que planees continuar estudiando la Palabra de Dios en este estudio.


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