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¿CÓMO ESTUDIAR LA BIBLIA? PARTE II

Por Rachel Kidd

En esta segunda parte de la serie sobre cómo leer tu Biblia nos enfocaremos en cómo crear una práctica que te funcione.

Sin importar que seas una persona madrugadora que lee las Escrituras con una taza de café o alguien que prefiere leer hasta altas horas de la noche, se trata de crear una práctica sostenible para ti. Si tu práctica no encaja bien con tu estilo de vida o personalidad, será mucho menos probable que te apegues a ella.

Como en nuestra vida ajetreada nos la pasamos corriendo de una cosa a otra, puede parecer casi imposible encontrar tiempo para estar quietos y remojarnos en las Escrituras. Desarrollar un hábito que permanezca requiere tiempo y esfuerzo, pero esta práctica de autodisciplina bien vale la pena.

El propósito

Antes de sumergirte en cómo crear una práctica sostenible de lectura de la Biblia, es crucial determinar tu propósito, tu por qué. Las Escrituras son claras, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo, que leer y meditar en la Palabra es transformador y constituye parte de una fe fuerte.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
— Romanos 12:2

Este versículo de Romanos nos recuerda que la Palabra, la voluntad escrita de Dios, es perfecta. Al permitirle que impregne nuestra mente y corazón, somos transformados y renovados.

Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo a los que en él esperan.
— Proverbios 30:5

Las Escrituras también actúan como un escudo, como nos dice este Proverbio. Protegen nuestro corazón y proporcionan un refugio, un albergue seguro de la dura realidad del mundo en que vivimos.

Pero, para experimentar el poder transformador de las Escrituras, necesitamos pasar tiempo leyendo y meditando en la Palabra. Necesitamos crear un momento y un espacio para pasar tiempo con Dios, tal como lo haríamos con cualquier otra relación. Entonces, ¿cómo lo hacemos? ¿Por dónde comenzar?

Estilo de vida

Reflexiona en tu vida, considera todos los factores: ¿eres una madre ocupada sin un minuto libre para ti misma en las mañanas escolares? ¿Eres un estudiante con una agenda apretada? ¿O estás jubilado con mucho tiempo en tus manos, el cual ganaste con tanto esfuerzo?

Toma en cuenta también tu personalidad, ¿eres introvertido o extrovertido? ¿Te gusta procesar los conceptos y la información nuevos a solas o con otros? ¿Prefieres el estudio independiente o los grupos de estudio?

Si aún no lo has hecho, identificar tu estilo de aprendizaje y tu tipo de personalidad puede ser realmente útil para construir una vida que sea la más efectiva para ti.

No importa tu edad, etapa de la vida o circunstancias, apuesto a que puedes encontrar unos minutos cada día para dedicarlos a estar a solas. No solo es un buen momento para profundizar en las Escrituras, sino que es un tiempo excelente para volver a centrarte y conectarte contigo mismo y con Dios.

¿Con quién?

También puede ser un tiempo para conectarte con otras personas, como tu cónyuge, hijos, compañeros de cuarto o grupo de oración. Especialmente para los extrovertidos y los procesadores verbales: crear un espacio para hablar sobre las Escrituras y orar con las personas que amas puede ser muy vivificante.

Si eres como yo, a veces te gusta estar solo para procesar y a veces prefieres estar con otros. Crea variedad en tu práctica de lectura de las Escrituras programando diferentes grupos. Tal vez tienes un grupo de oración al que asistes una vez al mes, una vez a la semana haces un devocional con tu cónyuge y todas las mañanas, cuando la casa está en silencio, lees a solas con Dios.

¿Cuándo?

Determina cuándo tienes más tiempo en tu día, semana o temporada, y comienza poco a poco. Tal vez has identificado que terminas tu almuerzo dentro de los primeros treinta minutos de tu hora de almuerzo y consultas tu teléfono durante los siguientes treinta.

¿Qué pasaría si te tomaras solo quince de esos treinta minutos para abrir tu aplicación de la Biblia? ¿O para escuchar la Biblia en un formato en audio?

Encontrar esos espacios de tiempo en tu ajetreado día puede ser increíblemente gratificante y útil para generar una práctica sostenible para ti.

¿Con cuánta frecuencia?

Quizá solo tengas tiempo en este momento para un estudio bíblico de una hora una vez a la semana sentada en tu automóvil mientras tu hijo está en la práctica de futbol. Y eso está bien. Si ya tienes una rutina de estudio bíblico, ¡compleméntala! Aumenta de tres veces a la semana a cuatro, luego a cinco.

La vida tiene temporadas, momentos ocupados y tiempos tranquilos. Comprender las estaciones de tu vida y los patrones de comportamiento puede ser útil para aceptar los vaivenes naturales.

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado.
— Eclesiastés 3:1-2

También te puede ayudar aprovechar los buenos momentos, remojándote en la Palabra, en preparación para los tiempos difíciles y ocupados en los que carecerás de tiempo para leer las Escrituras.

No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón.
— Proverbios 4:21

La práctica de lectura de las Escrituras que desarrolles y sigas constantemente solo apoyará tu jornada de fe y tu relación con Dios.


Te invitamos a conocer más acerca de la Biblia por medio de estudiarla con nuestros materiales gratuitos de estudio bíblico.

Michelle Cruz