Antiguo Testamento - Isaías a Daniel

Lección 67: La mala noticia de Dios

Cuando Jerusalén cayó ante Babilonia, había dos clases de personas: los que creyeron a Jeremías, que el cautiverio era un castigo de Dios, y los que rechazaron el mensaje de Jeremías y se rebelaron. Para los que creyeron y se arrepintieron, Dios prometió Su ayuda. Les daría corazones nuevos y traería de vuelta a la generación siguiente. A los que se rebelaron, Dios les advirtió que serían destruidos completamente. Las profecías de Jeremías sobre una restauración futura y sobre el Mesías siguen dándonos esperanza hoy.

Michelle Cruz